A raíz del diagnóstico, los especialistas debieron someter a la paciente a una intervención quirúrgica, puesto que era la única forma de quitar el objeto de esa zona tan delicada, recuperándose dos días después.
Tras presentar diversos síntomas relacionados con una presunta infección urinaria, una mujer optó por acercarse a un hospital para salir de la duda y saber con exactitud qué es lo que le afectaba.
Al llegar al hospital, la paciente fue sometida a estudios y ultrasonidos. Sin embargo, los doctores quedaron sorprendidos al saber que no se trataba de lo que ella pensaba.
El diagnóstico arrojó que la mujer en realidad tenía un vaso de vidrio al interior de su vejiga y que había estado en ese lugar nada más ni nada menos que cuatro años, informa El Heraldo de México.
A raíz del diagnóstico, los especialistas debieron someter a la paciente a una intervención quirúrgica, puesto que era la única forma de quitar el objeto de esa zona tan delicada, recuperándose dos días después.
La mujer, oriunda de Túnez, anteriormente había utilizado el mismo vaso como juguete sexual, en lo que se conoce como "sondeo uretral".
Esta actividad consiste en insertar un objeto en la uretra para así aumentar el placer y la excitación sexual, por lo que bajo este contexto, el vaso habría quedado atorado en la vejiga accidentalmente.