El país lucha contra una cuarta ola de infecciones impulsadas por variantes más contagiosas y una criticada campaña de vacunación.
Japón informó este lunes que superó los 10.000 muertos por coronavirus, mientras el país lucha contra una cuarta ola de infecciones impulsadas por variantes más contagiosas y una criticada campaña de vacunación.
Tokio informó 425 nuevos contagios y 22 nuevas muertes que hace trepar estas cifras a 571.670 casos y 10.012 decesos en total, según Kyodo News.
El lanzamiento de la vacunación en el país asiático, criticado por lento, solo comenzó para los mayores de 65 años a principios de este mes, por lo que los especialistas advierten que es poco probable que conduzca a una baja inmediata en la cuerva de muertes.
El número de nuevos contagios rebasó desde finales de la semana pasada los 5.000, un número no registrado desde principios de año, cuando declaró su segunda alerta sanitaria.
Los datos del Ministerio de Salud muestran que la tasa de mortalidad por Covid-19 aumenta con la edad y es de 13,9% entre mayores de 80 años, seguido por el 5,2% entre los de 70 y el 1,5% en los de 60.
El resurgimiento obligó al primer ministro Yoshihide Suga a declarar un tercer estado de emergencia desde el domingo hasta el 11 de mayo en Tokio y las prefecturas de Osaka, Kioto e Hyogo, en el oeste de Japón.
La medida impone el cierre de grandes centros comerciales, bares y teatros para frenar el aumento de infecciones.
Las restricciones, anunciadas el viernes pasado, comienzan con dudas sobre su efectividad, ya que las escuelas seguirán abiertas y no se restringirá el transporte público.
La región occidental de Osaka fue la que más casos registró, con 1050, superando los 1.000 por séptimo día seguido, dijo el Ministerio, informó la agencia de noticias japonesa Kyodo.
Con estas medidas, el Gobierno busca hacer frente a la que es ya la cuarta ola de contagios que atraviesa el país desde que comenzó la pandemia.
Este tercer estado de emergencia tiene como objetivo ofrecer un mayor equilibrio entre el control del virus y la recuperación económica.
Sin embargo, hay fuertes dudas de que este esfuerzo sea eficaz, ya que se centra en el cierre o límite horario en restaurantes y parques temáticos, mientras que las escuelas permanecerán abiertas y los trenes y las calles seguirán tan llenos como siempre.
Los expertos aseguran que la ola de contagios que se desarrolla actualmente incluye variantes más mortales.
La lentitud en la campaña de vacunación se debe a que Japón requiere pruebas adicionales para las vacunas aprobadas en el extranjero, por lo que hasta el momento solo usa la vacuna desarrollada por los laboratorios estadounidense alemán Pfizer.
No se espera una vacuna de producción nacional hasta el próximo año o 2023.