El Tribunal de París ha confirmado las sospechas de tráfico de influencias que pesan sobre Alexis Kohler, secretario general del Elíseo, mano derecha política de Emmanuel Macron, que pudo utilizar el cargo en beneficio financiero de su familia.La noticia cae en el peor momento político, cuando los consejeros personales del jefe del Estado están abandonando el palacio presidencial, temiendo catástrofes por venir, como un posible voto parlamentario de censura global, que volvería a dejar a Macron totalmente solo , aislado, con peticiones populares de dimisión.Alexis Kohler había conseguido aplazar indefinidamente las sospechas judiciales que pesan sobre su comportamiento en el Elíseo, entre 2009 y 2016. El Tribunal de París confirmó el martes que esas sospechas están sólidamente fundadas.Tras varios años de instrucción, los jueces que se ocupan del caso están convencidos que Kohler utilizó el cargo para «imponer» decisiones económicas y comerciales que favorecieron a MSC, una empresa de su familia.Negocios familiaresEn Francia, muchas y grandes decisiones relacionadas con inversiones nacionales, implicando directa o indirectamente al Estado y las finanzas públicas, solo se toman cuando el Elíseo, el presidente, dan su «visto bueno». Los jueces sospechan que Kohler pudo influir directa o indirectamente en decisiones muy favorables para los negocios familiares.Las sospechas e instrucción del caso dejan en suspenso la decisión y sentencia que pudiera dictar el Tribunal de París más tarde. Pero las filtraciones judiciales se han hecho públicas cuando La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el partido de Jean-Luc Mélenchon, y Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen), han anunciado su posible censura parlamentaria del gobierno, abriendo una nueva crisis de gran calado: Francia volvería a quedarse sin gobierno, con un presidente en cuarentena.Según un sondeo de Ipsos, por cuenta de BFMTV, primera cadena de información permanente, un 53 % de los franceses son favorables a la censura, contra el gobierno y contra Macron. Un 60 % de franceses son partidarios de la dimisión del presidente en caso de censura. En ese marco, las sospechas que pesan sobre el secretario general del Elíseo huelen a podrido.