En menos de dos semanas al frente de la Presidencia de México, Claudia Sheinbaum ha tomado decisiones que ya han generado preocupación en Washington, despertando frustración tanto en el Capitolio como en la Casa Blanca. Una de las decisiones más polémicas ha sido la de invitar a su toma de posesión a líderes autoritarios como el presidente ruso, Vladímir Putin ; el venezolano, Nicolás Maduro ; y el cubano, Miguel Díaz-Canel , mientras excluyó al jefe de Estado de un país democrático como España, el Rey Felipe VI.Esta decisión no ha pasado desapercibida, sobre todo en el Senado de Estados Unidos. Entre los más indignados se encuentra el senador Jim Risch de Idaho, el republicano de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien ha declarado: «Invitar a criminales internacionales a la toma de posesión presidencial es inconsistente con los ideales democráticos de México y con nuestro interés compartido en un continente americano seguro, próspero y democrático».No es solo el senador Risch quien ha manifestado su inquietud. Marco Rubio, otro influyente senador republicano de Florida, ha señalado que Washington debe estar preparado para un deterioro significativo en las relaciones bilaterales. «EE.UU. debe anticiparse a desafíos crecientes en temas como e l crimen transnacional, la corrupción y el narcoterrorismo », afirmó Rubio. Además, hizo un llamamiento directo a Sheinbaum, destacando su condición como la primera presidenta judía de México, a «que respalde a Israel tras el reciente ataque de Hamás y condene a los líderes, tanto regionales como globales, que han roto vínculos con el Estado judío».Noticia Relacionada estandar Si El Supremo mexicano podría tumbar la reforma judicial que Sheinbaum ha heredado de López Obrador Milton Merlo | Corresponsal en Ciudad de MéxicoHasta el momento, Sheinbaum solo ha abordado el tema de Israel desde su llegada a la Presidencia en una ocasión. El pasado viernes, defendió la creación de un Estado palestino y subrayó que, en su opinión, «la guerra no va a llevar a ningún destino bueno».No son solo los republicanos quienes han expresado reservas sobre la dirección del país bajo Sheinbaum. Preocupa, especialmente, el asunto de las relaciones con China y un mayor aperturismo hacia la dictadura en esta etapa.Un grupo de 20 legisladores demócratas, encabezados por la diputada Elissa Slotkin, de Míchigan, y el senador Sherrod Brown, de Ohio, ha instado a la presidenta de México a tomar medidas contra los riesgos de seguridad que presentan los vehículos conectados a internet con vínculos al Partido Comunista chino. En una carta enviada desde el Capitolio, los legisladores manifestaron su preocupación por la creciente presencia de estos vehículos en el mercado mexicano, y el posible uso de México como punto de entrada para sortear las restricciones comerciales que EE.UU. ha impuesto. La carta dice: «El hecho de que empresas chinas, incluida la automotriz BYD, hayan anunciado planes para plantas de ensamblaje en México, aumenta la posibilidad de que estas compañías intenten eludir aranceles produciendo en México».Coches eléctricos mexicanosSheinbaum ha anunciado un ambicioso plan para desarrollar un coche eléctrico económico y de fabricación nacional, en respuesta a la cancelación de los planes de Tesla para construir una planta en el país. Sheinbaum afirmó que los vehículos de Tesla, cuyo modelo más barato cuesta alrededor de 30.000 dólares, son inaccesibles para la mayoría de los mexicanos. En lugar de depender de importaciones, la presidenta busca movilizar a las empresas y los investigadores mexicanos para fabricar un vehículo asequible, pero en Washington preocupa que, aun así, las partes usadas sean hechas en China.El proyecto de Sheinbaum se enfrenta a enormes desafíos, entre ellos la falta de producción nacional de litio, un componente clave para las baterías de los vehículos eléctricos, y la infraestructura eléctrica de México, que actualmente no está preparada para soportar una demanda masiva de carga doméstica. A pesar de que el Gobierno mexicano nacionalizó depósitos de litio en el norte del país, Sheinbaum reconoció que todavía no se han desarrollado técnicas viables para su extracción comercial.Otro punto de fricción es la reforma judicial que comenzó Andrés Manuel López Obrador y que Sheinbaum ha confirmado que seguirá implementando. La reforma, aprobada por el Congreso en septiembre y confirmada por el Senado la semana pasada, establece que los jueces serán elegidos por voto popular, una medida que, según sus defensores, garantizará que el poder judicial sirva a los intereses del pueblo y no del crimen organizado. Sin embargo, los opositores argumentan que esta reforma no aborda a quienes consideran responsables de los altos niveles de corrupción en el país, como los fiscales y la policía. Además, temen que la elección popular de jueces pueda debilitar la independencia judicial y politizar la justicia.Entre los detractores de la reforma se encuentran inversores y socios comerciales clave de México, quienes temen que esta medida pueda afectar la estabilidad económica del país. Los senadores estadounidenses Risch y el demócrata Tim Kaine han expresado su preocupación. En una carta enviada a Sheinbaum, afirman que «un poder judicial independiente y transparente es un pilar fundamental de cualquier país democrático» y advierten que las reformas «podrían socavar la independencia judicial y poner en riesgo intereses económicos y de seguridad compartidos entre nuestras dos naciones».México es uno de los mayores socios comerciales de EE.UU. y también un aliado crucial en la lucha contra las redes criminales y los cárteles de la drogaMéxico no es solo uno de los mayores socios comerciales de EE.UU. y un importante receptor de inversiones estadounidenses, sino también un aliado crucial en la lucha contra las redes criminales y los cárteles de la droga. La colaboración bilateral se ha vuelto esencial en materia de inmigración, donde México ha jugado un papel clave en la reducción de la llegada de migrantes indocumentados a EE.UU.Biden depende de la cooperación de México para la seguridad fronteriza. Tras un acuerdo informal en diciembre de 2023 con López Obrador, México implementó el programa \'El Carrusel\', que intercepta a migrantes en su camino hacia EE.UU. y los devuelve al sur del país. El objetivo es que, tras varios intentos fallidos, los migrantes desistan de intentar llegar a la frontera. Además, México ha endurecido la concesión de visados y ofrecido incentivos económicos para que algunos migrantes, como los venezolanos, regresen a sus países.Caen los cruces a los niveles más bajos desde 2020 En septiembre, la Patrulla Fronteriza de EE.UU. realizó menos de 54.000 detenciones de inmigrantes que intentaban cruzar ilegalmente al país, según datos preliminares del Gobierno. Esta cifra marca el número más bajo de intentos de cruces fronterizos de \'sin papeles\' desde que Biden asumió la Presidencia y también es el más bajo desde agosto de 2020, durante el Gobierno de Trump. El total de septiembre está en línea con las cifras observadas bajo Trump en 2018, 2019 y 2020, cuando los cruces ilegales en el sur del país fluctuaron entre 50.000 y 54.000. Los datos preliminares de este septiembre también incluyen un número no especificado de detenciones en la frontera norte, aunque estos cruces han representado históricamente una pequeña fracción en comparación con la frontera sur, a pesar de su aumento en 2024. Estas son las últimas cifras oficiales antes de las elecciones del 5 de noviembre, y Kamala Harris ya las ha reivindicado como un éxito.Pero este acuerdo nunca fue completamente revelado por las partes ni tiene un plazo definido, y ahora se encuentra en una situación incierta tras la toma de posesión de la presidenta Sheinbaum. Al principio de su mandato, la Casa Blanca espera que la presidenta confirme el acuerdo adoptado por López Obrador, o que lo mantenga, al menos, hasta las elecciones del 5 de noviembre.La presidenta Sheinbaum señaló el miércoles que, por el momento, no tiene planes de reunirse con Biden, aunque aseguró que la coordinación comercial continuará. Sheinbaum destacó que EE.UU. se encuentra en la recta final de sus elecciones generales, y afirmó: «Vamos a ser muy respetuosos con lo que está ocurriendo en EE.UU., y la coordinación con su Gobierno seguirá».