Nada evidencia la actual hostilidad geopolítica como la OTAN y su repentina transformación: de «muerte cerebral» – Emmanuel Macron dixit– a dinamismo indispensable. Duplicado, incluso. Eso ambiciona, al menos, el primer ministro japonés Shigeru Ishiba , defensor de replicar la alianza militar en Asia. Su propuesta, con torpeza diplomática, no deja de momento más resultados que el desprestigio de un mandato recién iniciado, el cual afronta este domingo su primer examen en forma de elecciones generales.«Ucrania hoy es Asia mañana. Sustituyendo a Rusia por China y a Ucrania por Taiwán , la ausencia en Asia de un sistema de autodefensa colectiva como la OTAN implica que es probable que estallen guerras porque no existe una obligación de defensa mutua«, proclamó Ishiba a finales del mes pasado, dos días antes de los comicios internos del Partido Liberal Democrático (PLD) encargados de elegir nuevo primer ministro , mediante un artículo remitido al Instituto Hudson . «Ante estas circunstancias, la creación de una versión asiática de la OTAN es esencial para disuadir a China».El por entonces candidato pretendía así apresurar la aproximación a la Alianza, ya en gradual curso. En mayo de 2019 Japón nombró a su primer embajador ante la OTAN, y en junio de 2022 Fumio Kishida se convirtió en el primer jefe de Gobierno nipón en asistir a una cumbre anual –celebrada en Madrid –. Acto seguido, arreciaron los rumores de que el país podría incorporarse por medio de un camino de adhesión propio. Lo que no fueron rumores, sino planes discutidos al máximo nivel político el pasado verano, fue la apertura de una oficina de enlace en Tokio , la primera en Asia; posibilidad abandonada en última instancia por su potencial disruptivo.Noticia Relacionada reportaje Si Logros y amnesia: China a los 75 según China Jaime Santirso | Corresponsal en Pekín El Partido Comunista reescribe su particular historia oficial mientras celebra el aniversario de la fundación del país, con Taiwán por gran cuenta pendienteEstas conversaciones se llevaron a cabo con la máxima discreción. La inesperada victoria electoral de Ishiba, sin embargo, elevó su estridente empeño personal a gubernamental. El silencio desaprobatorio de todos los actores involucrados, desde Estados Unidos hasta países europeos pasando por la propia OTAN, ha devuelto su brusco proyecto al terreno de la fantasía.«No fue una decisión bien pensada», explica a ABC Ian Bremmer , presidente y fundador de Eurasia Group , imprudencia que achaca a su «falta de experiencia en política exterior». « Kishida nunca hubiera dicho algo así . Por lo general, los líderes japoneses son mucho más cautelosos y quieren preparar las cosas de antemano. Yo diría que el consejo que ha recibido desde entonces ha sido \'Bien, quizá discutamos esto internamente, pero no hagamos más comentarios al respecto\'. Está claro que los estadounidenses no lo apoyan, la OTAN no lo apoya, los europeos no lo apoyan. Nadie quiere que los chinos, en un momento de debilidad y ante la posibilidad de interacciones constructivas, piensen que el nuevo primer ministro japonés está buscando una guerra con ellos«.La iniciativa, en efecto, encuentra obstáculos prácticos insalvables. La OTAN establece que un ataque a un país miembro supone un ataque a toda la Alianza, una colectivización de la autodefensa para maximizar la disuasión. Asia, no obstante, carece de tejido para semejante compromiso. India , por ejemplo, disfruta de una autonomía geopolítica envidiable que conjuga sin coste sus respectivos lazos con Rusia y Occidente . Las naciones del sudeste asiático ( Asean ) pendulan en beneficio propio entre China y EE.UU. Y la cuestión más problemática: Taiwán. «Una colectivización de la autodefensa que no pueda garantizar la seguridad de Taiwán no tiene valor alguno», sentencia Tomohiko Taniguchi , profesor en la Universidad de Tsukuba y consejero del Fujitsu Future Studies Center .«No fue una decisión bien pensada. Se debe a la falta de experiencia de Ishiba en política exterior. Kishida nunca hubiera dicho algo así» Ian Bremmer Presidente de Eurasia Group«¿Por qué un curtido veterano pronunciaría una idea tan prematura e inmadura?», se pregunta el experto. «La conclusión es que nunca había pensado que estaría al cargo, se contentaba con criticar a Shinzo Abe «. Habla Taniguchi con conocimiento de causa, pues durante varios años asesoró al difunto estadista cuya visión marca, todavía hoy, la contemporaneidad de Japón. Ishiba, su némesis, intentó hasta en cuatro ocasiones hacerse con el liderazgo del PLD hasta conseguirlo por sorpresa en el quinto y último intento. «Quizá fuera muy agudo en sus reproches, pero ser un buen primer ministro es una tarea muy diferente».Cabe otro argumento complementario, no tan personalista como estructural. A lo largo de su trayectoria, Ishiba no se ha mostrado particularmente beligerante hacia China. Sí ha expresado, en cambio, la urgente necesidad de redefinir la relación con EE.UU. para fortalecer la autosuficiencia japonesa frente a la dependencia de un país ensimismado e impredecible, dadas las peligrosas vecindades de Rusia, Corea del Norte y el propio régimen chino. En ese sentido, y más allá de su descuidado planteamiento, su fórmula pretendería afianzar las garantías de seguridad transitando de un modelo bilateral a otro institucional.«Si tuviera algo que decir al respecto, se lo diría personalmente a él [Ishiba], no aquí», bromeaba Rahm Emanuel , embajador estadounidense en Japón, durante su intervención en el foro anual de Eurasia Group, celebrado este miércoles en Tokio. «En primer lugar, una OTAN asiática no está lista, pero justo hoy acaba de comenzar la Espada Real , las maniobras militares conjuntas que EE.UU. y Japón realizan desde hace veinte años. Este es el tipo de cosas que deberíamos redoblar«, señalaba el destacado diplomático, antiguo jefe de gabinete del expresidente Barack Obama .«Una OTAN asiática no está lista, pero justo hoy acaba de comenzar la Espada Real, las maniobras militares conjuntas que EE.UU. y Japón realizan desde hace veinte años» Rahm Emanuel Embajador estadounidense en Tokio«En segundo lugar, la base industrial militar de EE.UU. no está a la altura de los objetivos estratégicos que nos hemos planteado. Tenemos que modernizarla, y Japón presenta una cantidad tremenda de activos, recursos y capacidades de cara a ese esfuerzo».Ahora bien: las crecientes preocupaciones en materia de seguridad amenazan con asfixiar la búsqueda de espacios de cooperación. «Creo que es importante que los japoneses también construyan arquitecturas que sean más inclusivas. En otras palabras, no creo que sea buena idea que Japón solo construya arquitectura de seguridad anti-China, porque en realidad necesita convivir y trabajar con China «, alerta Bremmer.« Corea del Norte se está convirtiendo en un Estado rebelde asociado a Rusia . China está muy incómoda con eso. Lo han hecho saber, también a los japoneses. Por eso creo que Japón, Corea del Sur y Estados Unidos deberían coordinar un grupo de contacto con China sobre Corea del Norte . Creo que es el momento adecuado para hacerlo«, apunta, antes de plantear un segundo ejemplo. »Los chinos tienen un enorme exceso de capacidad en materia de transición energética. Sería útil que los estadounidenses y los japoneses, quizá también los surcoreanos, colaboraran con China para permitir que ese exceso de energía se convierta en infraestructura y suministro para el Sur Global«.«No vamos a tener confianza entre EE.UU., Japón y China en materia de seguridad. No vamos a solucionar el problema de Taiwán. No vamos a solucionar el problema del mar de China Meridional. Pero si orientas el Aukus , la Tríada (EE.UU.-Japón-Corea del Sur) y el Quad (foro estratégico que asocia a EE.UU., Japón, Australia y la India), entonces también tienes que hacer otras cosas«, concluye el presidente y fundador de Eurasia. »De lo contrario, dentro de diez años echaremos la vista atrás hacia este momento y veremos que construimos toda esta arquitectura garantizando que, al final, nos encaminaríamos a la guerra«.