El Papa Francisco presidió el Vía Crucis este Viernes Santo 2 de abril, ante una Plaza de San Pedro vacía como en 2020, a causa de las restricciones generadas por la pandemia del coronavirus.
Las medidas de seguridad sanitaria por el COVID-19 hicieron que, por segundo año consecutivo no se haga en el Coliseo Romano, donde habitualmente se realiza.
Aunque la Plaza estuvo vacía, un grupo reducido de fieles participó desde ambos lados del altar que está en el atrio de la Basílica. Todos con mascarillas y guardando una distancia prudencial.
Las meditaciones del Vía Crucis estuvieron a cargo de los niños de un grupo scout de la región italiana de Umbría y de la parroquia romana Santos Mártires de Uganda, que hace catequesis “para y con’ personas con discapacidad”.
Los temas de las reflexiones fueron cosas propias de la vida cotidiana de los pequeños, como los sentimientos de tristeza o soledad que se generan en ellos ante la pandemia.
Con estas palabras se inició la oración: “Querido Jesús: Tú sabes que también nosotros los niños tenemos cruces, que no son ni más livianas ni más pesadas que las de los grandes, pero que son verdaderas cruces, que sentimos pesadas también de noche. Y sólo Tú lo sabes y las tomas en serio. Solo Tú. Solo Tú sabes qué difícil es para mí aprender a no tener miedo a la oscuridad y a la soledad”.
El Vía Crucis se realizó en dos filas con varios niños acompañados de religiosas, dos sacerdotes y algunos adultos. Varios de los participantes portaron antorchas durante el recorrido que estaba iluminado por velas colocadas en el suelo.
En la transmisión se mostró los dibujos preparados por los niños y jóvenes de la Casa Familia “Mater Divini Amoris” y de la Casa Familia “Tetto Casal Fattoria”.
Otros cuatro pequeños leyeron las meditaciones y las oraciones.
El Vía Crucis se inició alrededor del obelisco que está en el centro de la plaza, donde se hicieron las primeras 9 estaciones.
Las siguientes cuatro estaciones se realizaron entre el obelisco y el atrio de la Basílica, hasta donde llegaron los niños en dos columnas.
En la estación 14 fue el mismo Santo Padre quien sostuvo la cruz durante toda la meditación.
Al concluir el Vía Crucis el Papa saludó a cuatro pequeños que espontáneamente se acercaron a él. Momentos después saludó a otros dos y a dos religiosas que estaban con ellos.