«Creo que será una coalición con dos partidos de izquierda», ha declarado Vilija Blinkeviciute, líder de los socialdemócratas lituanos, tras conocerse el resultado de las elecciones parlamentarias del domingo. Según información oficial y con el escrutinio del 91% de los votos, la oposición socialdemócrata (LSDP) queda la cabeza con un 20%, seguida por la gobernante Unión de la Patria de la actual primera ministra Ingrida Simonyte , con un 17%, y el partido antisistema. Nemunas-Morgenröte, con el 15%. El SD quiere ahora formar una coalición mayoritaria y mira al Partido de los Campesinos, a los Verdes y al partido «Por Lituania» como posibles socios. «Creo que nuestros votantes, nuestra gente, han dicho que quieren cambios», ha justificado Blinkeviciute, que ha señalado con puntos de negociación para un acuerdo de gobierno los salarios mínimos, la vivienda, la atención médica y la educación. Su primera entrevista tendrá lugar con Ramūnas Karbauskis, líder de Los Campesinos. Con Saulius Skvernelis, el líder de «Por Lituania«, ya habría hablado previamente y logrado una especie de preacuerdo previo. Skvernelis, así como sus compañeros de partido Virginijus Sinkevičius y Lukas Savickas, aparecieron anoche, ya avanzado el recuento, en el restaurante »Grey«, donde los socialdemócratas se había reunido para celebrar la victoria. Allí dijo sobre el tripartido que propone Blinkeviciute que »el panorama no es malo, porque el señor Karbauskis no estará en el Seimas en ningún caso«, en referencia al empresario y uno de los hombres más ricos del país, que en el pasado ha tenido gran influencia sobre el partido Los Campesinos y que fue uno de los organizadores del referéndum constitucional celebrado en 2014, que buscaba prohibir la propiedad de tierras en Lituania a ciudadanos extranjeros, en violación de los términos de membresía de Lituania en la Unión Europea.Noticia Relacionada estandar Si Lituania blinda su frontera para protegerse de Rusia Rosalía Sánchez Ante el temor a una invasión como la de Ucrania, esta antigua república soviética refuerza sus puestos fronterizos con barreras antitanqueMano dura con RusiaSi Blinkeviciute logra formar gobierno, se espera que mantenga la postura dura de Lituania contra Rusia y el alto gasto en defensa. Muchos ciudadanos del país báltico están descontentos con el fuerte aumento del coste de la vida mientras se destinan grandes partidas presupuestarias a la defensa de Ucrania. Sin embargo, el rumbo fundamental del país de seguir apoyando a Kiev y aumentar el gasto en defensa por temor a un ataque ruso no parece estar en duda. Durante la campaña electoral, los socialdemócratas han prometido combatir la creciente brecha entre ricos y pobres por la vía del aumento de los impuestos a los lituanos más ricos. Quieren financiar así gastos adicionales en servicios sociales y de salud. En el contexto de la guerra en Ucrania, sin embargo, no ha restado importancia a la seguridad nacional. Lituania, forma parte del flanco oriental de la OTAN y la Unión Europea y limita con el enclave ruso de Kaliningrado y con el aliado ruso Bielorrusia. Tres cuartas partes de los lituanos creen que Rusia podría atacar su país en un futuro próximo.El pasado mes de septiembre, Lituania convocó a un representante de la embajada rusa en Vilna para protestar por los intensos ataques aéreos rusos contra objetivos civiles en Ucrania, misiles y las bombas que impactaron en instituciones educativas, hospitales y zonas residenciales mostraron la desesperación de Rusia y su total desprecio por la vida humana y el derecho internacional humanitario. En mayo, el gobierno de Vilna, con la primera ministra Ingrida Šimonytė al frente, confirmó que, como respuesta a las amenazas de Moscú y sumándose a las declaraciones de Reino Unido, Canadá, Estonia, Letonia, Polonia y la República Checa, estaba dispuesto a enviar tropas lituanas a Ucrania y que contaba para ello con permiso del parlamento. Aclaró que no se refería a tropas de combate de la OTAN, sino a misiones de formación al Ejército ucraniano en el manejo de nuevo armamento, para operar sistemas antiaéreos o para reforzar la presencia militar en la frontera entre Ucrania o Bielorrusia, a lo que se podrían sumar trabajos sanitarios o de logística. No es previsible que el gobierno resultante de estas elecciones muestre tal grado de compromiso, pero la continuidad del apoyo a Ucrania parece garantizado.El Estado báltico, con sus 2,9 millones de habitantes, aporta actualmente a la UE el comisario europeo de Defensa, el ex primer ministro Andrius Kubilius, que quiere convertir a la UE en una potencia militar que no rehúya los desafíos geopolíticos sino que los domine con confianza. Contará para ello con un presupuesto de 500.000 millones de euros. Kubilius es considerado un duro crítico del Kremlin y había advertido durante años sobre las ambiciones expansionistas de Vladimir Putin, antes de la invasión de Ucrania. Creció en la Vilna ocupada por los soviéticos, como una generación de políticos diferente, sin embargo, a la que ahora ocupará el gobierno.