El gobierno de Ucrania desmintió la acusación y aseguró que Moscú está realizando acto terroristas para generar "una histeria antiucraniana" entre los rusos.
El gobierno en Kiev rechazó este jueves las afirmaciones de Moscú de que Ucrania bombardeó pueblos fronterizos rusos y acusó en cambio a Rusia de planear "ataques terroristas" en la región fronteriza para alimentar la "histeria antiucraniana".
Según el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, "los servicios especiales del enemigo han comenzado a poner en práctica un plan para realizar atentados terroristas con el fin de inyectar la histeria antiucraniana en Rusia".
Sin desmentirlas formalmente, el consejo denunció las afirmaciones del gobernador de la región rusa de Kursk de que un pueblo del distrito de Korenevski había sido bombardeado desde territorio ucraniano, así como las acusaciones de que un puesto fronterizo de la región de Briansk había sido alcanzado.
Un poco antes, el Comité de Investigación ruso afirmó que dos helicópteros ucranianos "equipados con armamento pesado" habían entrado en Rusia y llevado a cabo "al menos seis disparos contra viviendas residenciales del pueblo de Klimovo", en la región de Briansk.
Siete personas, entre ellas un bebé, resultaron heridas "de diversa consideración", según esta fuente.
Por su parte, el gobernador de la región rusa de Belgorod, Viacheslav Gladkov, aseguró que Ucrania lanzó un ataque contra el pueblo de Spodariushino, cercano a la frontera entre ambos países.
"El pueblo de Spodariushino fue atacado por Ucrania. No hubo víctimas mortales ni heridos entre la población civil. No hay instalaciones residenciales o públicas destruidas", escribió Gladkov en su canal de Telegram.
A principios de abril Rusia denunció ataques ucranianos en Belgorod, entre ellos uno en unos depósitos de petróleo de la localidad, mientras que fuentes del Ministerio de Defensa en Kiev negaron toda implicación y atribuyeron las detonaciones a un "descuido" de las fuerzas rusas.
Rusia anunció el 24 de febrero la invasión a Ucrania alegando que las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitaban ayuda frente al "genocidio" por parte de Kiev.
El 29 de marzo, Rusia dio por cumplido el objetivo esencial de la primera fase de la ofensiva militar y aseguró se enfocará en adelante en "la liberación del Donbass", en el este de Ucrania, donde se encuentran Donetsk y Lugansk.