En un contexto mundial en el que la mayoría de los territorios no tienen acceso a los fármacos, en Bulgaria y Rumanía sobran. Ambos países son los de tasa más baja de inmunización del bloque.
La Unión Europea (UE) acapara vacunas contra el coronavirus, pero sus Estados miembro del este del continente avanzan a un ritmo lento en sus campañas de inmunización, lo que en el corto plazo amenaza con el vencimiento de dosis si no son relocalizadas y, en el mediano plazo, pone en jaque los planes para luchar contra la pandemia en una región donde ya circulan varias variantes.
Bulgaria y Rumanía son los países del bloque con tasa más baja de vacunación y, en un contexto mundial en el que la mayoría de los territorios no tienen acceso a los fármacos, en estos sobran. La razón: existe una reticencia muy grande en sectores de la población a poner el brazo.
Bulgaria
El caso más extremo es el de Bulgaria, de 7 millones de habitantes, donde solamente el 17% de los habilitados a inmunizarse recibió al menos una dosis, de acuerdo a estadísticas oficiales, muy por detrás del 81% que ostenta Bélgica o el 80% de los Países Bajos, los más avanzados del bloque regional.
La cifra está también sensiblemente por detrás del promedio del 64% de mayores de 18 años dentro de la UE al que ya se le administró al menos una dosis o el 55% que superó la Argentina dentro de esa misma franja etaria.
El director del Consejo Nacional de Vacunación búlgaro, Krassimir Gigov, indicó a la televisión local que solamente se utilizaron 1,8 millones de las 4,6 millones de dosis de los fármacos de Pfizer/BionNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson comprados desde Bruselas.
Parte de ese lote vence a fin de este mes y ya buscan reubicarlo en otro país, anunció el Gobierno interino que estará en el poder hasta que se destrabe la formación de uno nuevo, lo que podría ocurrir a partir de las elecciones parlamentarias del domingo.
El movimiento anti-vacunas de Bulgaria ya produjo en 2010 una importante epidemia de sarampión en el país
Los factores de la baja tasa de inoculación son diversos y van desde problemas logísticos con la distribución en zonas rurales, la alta cantidad de personas (400.000) que superaron el virus y piensan que generaron anticuerpos suficientes, pero principalmente desconfianza en las autoridades y las vacunas.
El movimiento anti-vacunas en Bulgaria es muy fuerte, trasciende el coronavirus y en 2010 ya produjo una importante epidemia de sarampión en el país.
"No planeamos forzar a nadie. Pero estamos considerando la posibilidad de ofrecer vales a las personas que estén recibiendo la segunda dosis", dijo el primer ministro interino, Stefan Yanev, como posible forma de motivar un cambio de actitud.
Rumania
En Rumania, de casi 20 millones de habitantes, ocurre una situación similar y hoy solamente el 30% de la población habilitada para inmunizarse recibió al menos una dosis, lo que llevó al presidente Klaus Iohannis a vender fármacos antes de que expiren a Irlanda y Dinamarca.
Como dato de color, el seleccionado argentino de rugby, Los Pumas, pudo inocularse en Bucarest antes del partido con el conjunto nacional local gracias a este sobrante y la política de permitir que los turistas y visitantes del extranjero se puedan inmunizar.
"Cuando se habla del sistema médico y las autoridades locales, la mayoría de los rumanos sienten desconfianza de que se les dice la verdad, que el sistema funciona correctamente, con transparencia y para su beneficio", explicaron a Télam Carmen Uscatu y Oana Gheorghiu, fundadoras de la ONG local Daruieste Viata (Dar Vida, en español).
Las activistas apuntaron también contra la "comunicación inadecuada y poco confiable" de las autoridades, especialmente del presidente y el primer ministro que "dijeron que se venció a la pandemia con una campaña exitosa, lo que solamente sirvió para fortalecer la negativa de la gente a vacunarse".
Además, indicaron que Rumanía "es uno de los países con inversión más baja en atención médica dentro de la UE" y, por eso, la organización ayudó a levantar un centro de salud modular para pacientes con Covid-19 y ahora está construyendo un hospital infantil desde cero, exclusivamente a partir de donaciones y patrocinios.
Fuera de la UE, el mejor ejemplo de una campaña lenta pese a tener vacunas es Rusia, que inmunizó con al menos una dosis a unas 22 millones de personas sobre una población de 146 millones.
Dentro del bloque, otros países también exhiben tasas muy por debajo del promedio regional: Letonia (40%), Croacia (45%), Eslovaquia (46%) y Eslovenia (48%).
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, reconoció que existe reticencia en sectores de la población, pero dijo que es posible alcanzar la meta de tener para este mes al 70% de la población con una vacuna.
"Si miramos a las estadísticas, cada vez más dosis se quedan sin usar. Esto está vinculado a que hay un mayor reparto de vacunas, pero en parte también a las dudas sobre la vacunación", aseguró esta semana durante un discurso en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia.
En este sentido, afirmó que el foco ahora debe estar ahora en "alcanzar a las partes más escépticas de la población" ante la expansión de la variante Delta que calificó de "preocupante".
Esa mutación, considerada más contagiosa, circula con fuerza en varios países como Portugal, España, Países Bajos, Bélgica y Alemania, y podría expandirse en el continente a medida que se relajan las restricciones para viajar durante el verano.