La expulsión del exrepresentante George Santos el viernes pasado cerró uno de los capítulos más singulares en la historia del Congreso de Estados Unidos, a donde llegó tras inventarse la mayor parte de su vida y su currículo. Santos fue apartado luego de que un negativo informe del Comité de Ética de la Cámara revelara una serie de violaciones y supuestos fraudes financieros. Jorge Dávila sostiene con ironía en una reciente columna que Santos se equivocó de profesión.
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