Como todo buen carnaval que se precie, la fiesta de Halloween es una ocasión de oro para la sátira. En China lo vieron claro el año pasado, cuando salieron a las calles de Shanghái numerosos disfraces con motivos políticos sensibles.Tras los dos años de cierre por la draconiana política del Covid 0 , los jóvenes de Shanghái se desquitaron vistiéndose con trajes EPI como los que llevaban los operarios que los confinaron durante dos meses en 2022 . Portando bastoncillos gigantes como los que les metían por la nariz en las pruebas del coronavirus, la broma era especialmente ácida en Shanghái, la ciudad más moderna, abierta y cosmopolita de China y también una de las que más sufrió los duros confinamientos del país .Otros eran más ingeniosos y se disfrazaban de cámaras de vigilancia y hasta de mensajes de internet censurados, así como del osito Winnie the Pooh , como algunos llaman al presidente Xi Jinping .Noticia Relacionada opinion Si Los achaques del \'capicomunismo\' chino Pablo M. Díez Después de tres décadas de maoísmo y cuatro de capitalismo, la otrora boyante economía se resiente por el autoritarismo de Xi Jinping y su pugna con OccidentePero el chiste no hizo ninguna gracia al autoritario régimen del Partido Comunista , que lo vio como una crítica directa. Para evitar que la situación se repita este año, la Policía de Shanghái ha advertido a los bares de que no celebren fiestas de Halloween y blindado de agentes las zonas de ocio. Por las redes sociales ya circulan vídeos de detenciones durante el fin de semana. Tal y como cuentan algunos arrestados, fueron llevados a comisaría, donde tuvieron que quitarse los disfraces y hasta el maquillaje.