Qatar, uno de los países más ricos del mundo gracias a sus recursos en gas y petróleo, y clave en Oriente Próximo pese a su reducido tamaño, abandonará el pequeño sendero democrático iniciado con las elecciones hace tres años. El monarca (emir) de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, ha anunciado que someterá en breve a los ciudadanos en referéndum una reforma constitucional, por la que se anularán las elecciones legislativas.El \'experimento democrático\' comenzó hace tres años, tras una reforma constitucional previa, y consistió en la elección en las urnas de los dos tercios del Consejo de la Sura. Este es un órgano consultivo del monarca con poderes legislativos parciales, en particular en materia de presupuesto y de política general del país. El Consejo no tiene, en cambio, competencias en materia de defensa o de inversiones internas o internacionales, que están en manos del Gabinete del emir. Al anunciar la medida, Al Thani dijo que a partir de la reforma -que nadie duda que será aprobada en referéndum- el Consejo de la Sura seguirá funcionando, pero con la totalidad de sus miembros elegidos personalmente por el monarca. Según Reuters, en el discurso anual con el que se marca la apertura del Consejo Al Thani no ocultó el hecho de que las elecciones legislativas de 2021 habían desatado tensiones entre familias y tribus del pequeño emirato del Golfo. Al parecer, los problemas se originaron por las protestas de la tribu qatarí de Al Murrah, una de las más grandes de Qatar y que tiene sus raíces en el este de Arabia Saudí, rival tradicional de la monarquía qatarí. La ley electoral permite votar solo a los ciudadanos con familias residentes en Qatar antes de 1930.«Experimento democrático»El fin del \'experimento democrático\' -un punto en el que insistió en su discurso el emir, para evitar expectativas- devuelve a Qatar al punto de partida. El pequeño reino no tiene partidos políticos, y casi la totalidad de su ciudadanía, que disfruta de una de las mayores rentas del mundo, está formada por empleados estatales: el 88 por ciento de sus tres millones de residentes son trabajadores extranjeros, denominados \'expatriados\'.Pese a sus pequeñas dimensiones, el emirato qatarí es uno de los países más activos del mundo en materia de inversiones y en ambición diplomática. A través de la Autoridad Qatarí de Inversiones, el país mantiene una presencia estratégica en multitud de empresas en el mundo, y una actividad mediática que le facilita su propiedad de clubs de fútbol, en particular el Paris Saint Germain.Como contrapeso a Arabia Saudí, Qatar desarrolla también una política muy activa en el terreno diplomático en defensa de los intereses árabes frente a Israel, Estado al que Al Thani dedicó críticas durísimas en su discurso de apertura del Consejo de la Sura. Qatar es refugio para algunos de los dirigentes islamistas antiisraelíes, aunque se presenta como \'mediadora de una tregua\' en la guerra de Gaza.Es, sobre todo, propietaria de la cadena de noticias Al Yasira, el medio de comunicación más importante del mundo árabe que afirma estar presente en 270 millones de hogares. La cadena fue fundada en Doha por el Gobierno de la Familia Real Qatarí y se ha convertido en uno de los medios de información y opinión más influyentes del globo.Al hablar de Israel, el emir qatarí dijo que el Gobierno hebreo está tratando de «extender su agresión» en la región, de acuerdo con una estrategia previa dirigida a aumentar su presencia en Cisjordania y en el Líbano, Según Al Thani, Israel está llevando a cabo esta política porque cree que «el momento es el más adecuado». El monarca no hizo sin embargo una referencia expresa a las elecciones presidenciales en Estados Unidos. La agresividad en el fondo y en la forma reduce las esperanzas de que el emir de Qatar pueda llegar a ser un mediador plausible en el conflicto en Oriente Próximo, papel por el que también puja Egipto.