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Trump trata de sofocar la rebelión interna ante el caos por los aranceles

Donald Trump ha regresado al poder, en buena medida, por la economía después de años de inflación dolorosa bajo el Gobierno del demócrata Joe Biden. Y cada vez hay más republicanos, y pesos pesados de su entorno que temen que, sin haber cumplido un trimestre en la Casa Blanca, la economía sea ahora la que amenace su poder.El impacto brutal en los mercados del arancelazo presentado la semana pasada por el presidente de EE.UU. ha provocado algo muy poco habitual: una incipiente rebelión entre las filas republicanas contra la política comercial de Trump, acompañada de las dudas de los círculos financieros próximos a los conservadores sobre las consecuencias que puede tener para la economía de la primera potencia mundial.Este lunes se vivió un día turbulento en la Bolsa de Nueva York, con bandazos en los principales indicadores, después del hundimiento de los mercados a finales de la semana pasada tras el anuncio de Trump de los aranceles. El pánico bursátil ha disparado el nerviosismo en EE.UU. , donde muchos tienen sus pensiones invertidas en Bolsa. Y, con él, el nerviosismo entre los republicanos, cuya lealtad a Trump está siendo puesta a prueba con los aranceles, una política económica en las antípodas de la línea tradicional de su conservadurismo.Noticia Relacionada estandar Si La estrella política de Elon Musk se apaga Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York La dupla que dirige EE.UU. está en crisis: la última semana confirma que el hombre más rico del mundo y su cruzada frenética contra el gasto público se han convertido en un lastre político para TrumpLa principal cara de la rebelión interna contra Trump es Rand Paul. Este senador por Kentucky ha sido un aliado fiel del presidente de EE.UU. Pero también es un libertario al que no le han dolido prendas para desmarcarse de las posiciones de su partido. Y con los aranceles ha mostrado una oposición feroz. Paul tiene dos razones para ello: cree que provocará una debacle política para los republicanos y considera que los aranceles son una expansión intolerable del poder ejecutivo frente al Congreso, que debería decidir al respecto.«Soy un republicano. Apoyo a Donald Trump, pero esto es un problema de ambos partidos », dijo la semana pasada en un discurso en la Cámara Alta. «Me da igual si el presidente es republicano o demócrata. No quiero vivir bajo el poder de la emergencia. No quiero vivir en un sitio donde mis representantes no pueden hablar por mi y no hay contrapesos en el poder», añadió en referencia a la declaración de emergencia nacional que hizo Trump para desplegar sus aranceles.Paul fue uno de los cuatro republicanos que se sumaron a la minoría demócrata en el Senado para aprobar una ley contra los aranceles impuestos a Canadá, país aliado y vecino de EE.UU. Los otros fueron Susan Collins, Lisa Murkowski y Mitch McConnell, que son una de las pocas excepciones entre los republicanos del Congreso que se atreven a posicionarse contra Trump de forma habitual.Que el Congreso decidaPero con los aranceles la disensión está creciendo. Un grupo de siete senadores republicanos está detrás de impulsar una ley para que sea el Congreso quien dé luz verde a los aranceles, y no sea una prerrogativa única del presidente, como pretende Trump.Es probable que estos esfuerzos descarrilen en la Cámara de Representantes, donde la lealtad a Trump es mucho más fuerte (allí se juegan el escaño cada dos años). Pero ya hay algún diputado republicano -Don Bacon- que ha defendido impulsar algo similar.Las grietas entre los republicanos son cada vez más evidentes. Elon Musk, hasta ahora mano derecha de Trump en el Gobierno , se ha desmarcado de la política proteccionista del presidente. Durante el fin de semana, ha llenado sus mensajes en su red social, X, de defensas del libre comercio y ha abogado por un acuerdo entre EE.UU. y la Unión Europea de «cero aranceles mutuos». La acciones de Tesla, con parte de su producción en países muy afectados por los aranceles de Trump, se han hundido desde el anuncio de la semana pasada.El senador Ted Cruz, que ha sido un seguidor leal y adulador de Trump, ha advertido ahora que los aranceles podrían provocar un «baño de sangre» en la próxima cita electoral , en las elecciones legislativas de medio término, en 2026. Es algo de lo que también ha hablado Paul, con la mirada puesta en el pasado: «Los aranceles han provocado una aniquilación política», explicó sobre la política comercial proteccionista de los republicanos en otros momentos de la historia -1890, 1930- que provocaron fuertes pérdidas de poder.En su pódcast, Cruz volvió a advertir este lunesde los peligros de la guerra comercial: «Hay voces en la Casa Blanca que quieren aranceles altos para siempre. Hay ángeles y demonios sobre los hombros del presidente. ¿A quién escucha? Espero que escuche a los ángeles», dijo Cruz, que especificó que Musk es uno de esos «ángeles».Esas grietas podrían ser incluso más profundas. El senador Paul ha asegurado que muchos compañeros de la bancada republicana piensan igual que él, pero prefieren no decirlo en público para no enfrentarse a la furia de Trump . En la Cámara, su presidente, el republicano Mike Johnson, celebró un encuentro con su grupo para llamar a la disciplina y no romper filas con el presidente de forma pública sobre los aranceles.«¡No seáis débiles!»Trump es consciente del nerviosismo y de la incomodidad que han provocado el impacto bursátil inmediato de sus aranceles. «¡No seáis débiles!, ¡no seáis estúpidos!», escribió este lunes en su red social, pocos minutos de que sonara la campana de comienzo de la sesión en Wall Street. «¡No seáis PANICAN!», remató en un neologismo de cuño propio, una contracción de \'pánico\' y \'republicano\', que el presidente explicó: « un nuevo partido formado por gente débil y estúpida », en un ataque aparente a sus aliados republicanos que muestran oposición a los aranceles.«Sed fuertes, valientes y pacientes y la grandeza será el resultado», añadió. Pero es algo en lo que cada vez se cree menos. Sobre todo fuera de su partido, donde aliados tradicionales de Trump hablan con más libertad. Lo hacen comentaristas con mucha influencia en el trumpismo, como Ben Shapiro, que ha calificado los aranceles de «probablemente inconstitucionales». O el Cato Institute, un \'think tank\' libertario que los ha condenado como un «impuesto enorme sobre los consumidores».La alarma también llega desde los pesos pesados de Wall Street cercanos a Trump. Larry Fink, el CEO de BlackRock , la mayor firma inversora del mundo, auguró una caída de los mercados de hasta el 20% y defendió que EE.UU. «probablemente está ya en una recesión». Bill Ackman, un financiero que ha apoyado de manera ferviente a Trump, rogó por una moratoria de 90 días a los aranceles, a la que por ahora no atiende la Casa Blanca.Por su parte, Jaime Dimon, el consejero delegado de JP Morgan Chase, el mayor banco del país, cambió su tono sobre los aranceles, ante la agresividad de los presentados por Trump y el impacto que está suponiendo. En enero, ante la preocupación de los inversores por una posible guerra comercial, le quitaba importancia. «Puede que sean un poco inflacionarios, pero son buenos para la seguridad internacional. Superadlo», recomendó en una intervención en Davos, en un momento en el que todos los grandes ejecutivos buscaban sintonía con Trump. Este lunes, en su carta anual a los accionistas del banco, advirtió de que los aranceles van a elevar la inflación y a ralentizar el crecimiento.

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