En la peatonal Junín se hace hincapié en el cumplimiento de los protocolos y el límite de clientes por local. El reajuste de horarios de circulación no afecta a los negocios, que agradecen no tener que trabajar de corrido.
Las restricciones anunciadas por el Gobierno provincial y municipal de la capital correntina apuntan a la suspensión de reuniones sociales y circulación nocturna, pero no afecta al comercio, ya que la apertura está habilitada hasta las 21.
Comerciantes indican que por el momento no se vio una reducción de la movilidad. Sin embargo, las ventas todavía no mejoran. Desde el sector indican que valoran que las autoridades hayan escuchado los reclamos de retrocesos de fase anteriores.
En esa oportunidad, no tiene la obligación trabajar en horario de corrido y atender durante la siesta, margen de tiempo en el que aseguran que no se realizan ventas por no formar parte de los hábitos y costumbres del correntino.
Desde la Federación Empresarial de Corrientes (Fecorr) acompañan las medidas sanitarias ante la gravedad del aumento de casos en toda la provincia. El Litoral dialogó su presidente, Gustavo Ingaramo, al respecto.
Ingaramo aseguró que “con las últimas medidas provinciales y municipales no se ha visto afectado el comercio. Ponemos de nuestra parte cumpliendo con el protocolo sanitario, la distancia, el barbijo, el alcohol y el límite de ingresos de clientes de acuerdo con el tamaño del local”.
“Si bien hay actividades que se han restringido, sabemos lo severa de la situación pandémica y necesitamos entre todos bajar el nivel de contagios”, aseguró el representante de Fecorr.
“Vamos a colaborar en lo que sea necesario porque nos sentimos escuchados. Reiteradas veces solicitamos no trabajar de corrido porque a la siesta el correntino no compra. No podemos permitirnos retroceder más. Seguimos muy por debajo de los niveles de venta pre pandemia, hasta un 20% menos”, indicó Ingaramo.
Expectativas justas en los negocios
Los dueños y encargados de los comercios aseguran que hasta el momento no se ha visto afectada de forma significativa el caudal de clientes en los primeros días de fase 3 en Capital. Sin embargo, se mantienen cautos ante una posible baja de circulación de aquí al 31 de mayo, fecha donde se determinará la continuidad de las medidas de restricción.
“Por el momento no nos podemos quejar porque sostenemos nuestros horarios habituales. Muchas veces se nos critica a los comerciantes, pero necesitamos trabajar. Cumplimos con los protocolos y no nos tomamos a la ligera los números de los contagios”, aseguró la dueña de un local de ropa femenina de la Junín.
“Yo me vacuné y otra empleada mía también, a medida que se vaya pudiendo les dije a todos que tiene que hacerlo sin dudar. Lo hablamos mucho. Mientras tanto, más de tres clientes a la vez no dejamos pasar. La gente entiende y colabora. No tenemos mayores inconvenientes”, manifestó.
Por otra parte, el encargado de un bazar explicó a este medio que “estamos temerosos por una fase 1, no vamos a aguantar si tenemos que volver al cierre total. La estamos pasando muy difícil, vendemos lo justo”.
También insistió en que en su local los protocolos se cumplen: “Estamos dispuestos a recibir inspecciones diarias, que vengan a ver que trabajamos bien y con responsabilidad. Por ahí hay preocupación por la cantidad de gente paseando por la Junín, pero te puedo asegurar que no son tantos los que entran y compran”.
En este mismo sentido, desde un local de ropa infantil coincidieron en que las ventas siguen por debajo de los niveles prepandemia: “En nuestro caso, las familias de comprar lo tienen que hacer porque los chicos crecen y la ropa dura poco tiempo, pero se llevan lo justo. Se consulta más, se nota que recorren y buscan más precios. No es tanto por gusto como antes”, reconocieron.