Más allá de contar hasta diez, esto es lo que recomiendan los expertos para evitar la sensación de frustración
En el trabajo, en casa, en la calle o incluso en las redes sociales… ¿Cuántas veces te has enfadado esta semana? “De todo esto saldremos mejores personas”, nos repetimos a nosotros mismos, sin embargo los datos reflejan que la crisis sanitaria se ha traducido en estrés para la mayor parte de la población. El 79% asegura sentirse estresado, 15 puntos más respecto a los datos obtenidos durante el confinamiento, según el último estudio de Cigna COVID-19 Global Impact.
La realidad es que han pasado más de seis meses desde aquel día de marzo en el que nuestras vidas dieron un giro inesperado y es normal que, por momentos, esta nueva normalidad se nos haga pesada. El estrés continuado genera el llamado fenómeno de la olla a presión, que hace que las tensiones que sufrimos en un segundo plano salgan a la superficie, todo se magnifica.
“Es absolutamente normal que nos sintamos irascibles”, afirma Manuel Oliva, psicólogo clínico en Center Psicología. “Llevamos ya mucho tiempo en esta situación, hemos pasado unos meses confinados y creíamos que al acabar el confinamiento todo iba a terminar, pero de alguna manera este nuevo aumento de contagios por COVID-19 vuelve a generar incertidumbre y afecta a nuestro estado de ánimo”, explica.
“Muchas personas han manifestado síntomas de tipo depresivo, otras de ansiedad por el agobio que les produce la situación, y otras se sienten más irritables”, comenta el experto, que opina que estos efectos psicológicos son consecuencia de que la crisis sanitaria se haya alargado con una segunda ola de contagios.
La economía familiar, la salud y el trabajo son, en ese orden, las mayores preocupaciones de los españoles en estos momentos, según el mismo estudio de Cigna. “Estos datos reflejan el riesgo que presenta el estrés para nuestra salud”, valora la doctora María Sánchez, E-Health Medical Manager de Cigna España, que también señala la irritabilidad como consecuencia directa del estrés prolongado, al igual que la disminución de la concentración, el nerviosismo o la confusión. “Por todo ello, es imprescindible encontrar la mejor manera de controlar el estrés que nos está produciendo la incertidumbre actual y reducir su incidencia”, subraya.
Vivimos un momento en el que multitud de actividades que conforman nuestro día a día han cambiado y son responsables de los altos niveles de estrés. Desde las dificultades para conciliar el cuidado de los niños durante el teletrabajo, hasta la situación de saturación en centros de salud y hospitales… Los expertos sanitarios aseguran que la frustración y la irritabilidad son reacciones totalmente normales pero ¿qué podemos hacer para evitar que afecten a nuestra vida?
1. Centrarnos en el día a día. “Más que nunca toca centrarnos en el aquí y el ahora”, recomienda Oliva. “Dejar a un lado todas esas metas y objetivos que teníamos a medio o largo plazo en el trabajo o a nivel personal, como casarnos o hacer un viaje, porque pensar en ello aumenta nuestra frustración”, explica el psicólogo, por eso, su principal consejo es que vivamos el día a día y nos centremos en cada momento, por supuesto, respetando todas las medidas de seguridad.
2. Evitar la sobreinformación. Se trata de una recomendación que los expertos llevan repitiendo desde los meses de confinamiento: basta con consultar la actualidad informativa una o dos veces al día en fuentes fiables. No, ni ver las mismas informaciones una y otra vez en la tele ni refrescar Twitter compulsivamente te ayudará a sentirte mejor.
3. Mantener las relaciones sociales. En momentos de estrés, apoyarnos en la gente que nos rodea suele ser de gran alivio. Las comunicaciones regulares con nuestros seres queridos nos ayudan a lidiar mejor con la situación. “Es importante que dentro de las posibilidades, siempre cumpliendo con las medidas de seguridad y distancia social, nuestra vida sea lo más parecida posible a como era antes de la crisis sanitaria”, destaca Oliva.
4. Seguir un estilo de vida saludable. “Mantener unos hábitos de alimentación, sueño y ejercicio físico es vital para el equilibrio psicológico”, señala el experto. Una dieta y un descanso adecuados contribuyen a mejorar nuestro estado de ánimo.
5. Tener una rutina. Las rutinas nos aportan una sensación de control y de seguridad sobre nuestras vidas, algo tan necesario en estos momentos para poder sobrellevar las situaciones de incertidumbre. Respetar un horario y mantenerse activo es siempre positivo para nuestra salud.