Mientras el precio del aceite de girasol subió más del 5% en las góndolas argentinas en octubre, las exportaciones de este producto se encuentran en su punto más alto desde el 2006. Este fenómeno, impulsado por un contexto internacional de escasez en la oferta de aceites vegetales, permitió que el país capitalice su posición en el comercio global, con un notable incremento en los precios y volúmenes exportados.
Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la botella de litro y medio de aceite costaba en septiembre cerca de $3.025, mientras que en octubre saltó a $3.179, mostrando una suba promedio del 5,1%.
En la provincia de Santa Fe, por su parte, el Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) determinó que el litro y medio de aceite de girasol pasó de $3.373 en septiembre a $3.425 en octubre, con una suba porcentual del 1,6%.
En tanto, la campaña mundial 2024/25 anticipa una caída del 10% en la producción de girasol, principalmente en Rusia y Ucrania, países responsables del 70% de las exportaciones globales de aceite de girasol. Esta contracción, combinada con políticas locales en mercados clave como Indonesia y Estados Unidos que priorizan el uso de aceites vegetales en biocombustibles, ha reducido el saldo exportable global de aceites vegetales.
En este contexto, los precios han respondido con subas notables. El aceite de girasol argentino, por ejemplo, escaló un 45% desde principios de año, alcanzando los 1.140 dólares por tonelada, el nivel más alto desde febrero de 2023.
La industria local de girasol procesó 3,2 millones de toneladas en lo que va de la campaña 2023/24, un valor en línea con el promedio del último lustro. Sin embargo, el 70% de esta producción ha sido destinada al mercado externo, un 13% más que el promedio histórico. Hasta octubre, se exportaron 989.000 toneladas de aceite y 961.800 toneladas de subproductos, lo que posiciona a esta campaña entre las de mayor volumen exportado en casi dos décadas.
Además, los registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (Djve) reflejan un récord de negocios, acumulando un millón de toneladas de aceite y 1,1 millones de toneladas de subproductos al inicio de noviembre.
A pesar del vigor exportador, el consumo interno muestra cierta meseta. Las compras locales de girasol alcanzaron 2,6 millones de toneladas, lo que representa el 70% de la producción estimada para este año, pero 11 puntos porcentuales por debajo del promedio de la última década.
Este rezago podría atribuirse a una estabilidad en el procesamiento industrial interno, que solo creció un 16% en comparación con el promedio del último decenio, en contraste con un aumento del 45% en las exportaciones.
No obstante, el futuro parece alentador. Los compromisos de exportación para la próxima campaña de girasol ya alcanzan las 401.000 toneladas, el volumen más alto en tres años, mientras los precios iniciales promedian los 1.180 dólares por tonelada. Este dinamismo se suma al alto nivel de contratos por mercadería de la actual campaña, marcando un octubre excepcional en términos de operatoria.