La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a los países a aumentar la capacidad de atención sanitaria y a vacunar a su población para luchar contra el aumento de los casos de COVID-19 impulsado por la variante Ómicron, y dijo que las restricciones a los viajes podían ganar tiempo, pero que por sí solas no eran la respuesta.
A pesar de haber cerrado sus fronteras a los viajes procedentes de los países de alto riesgo del sur de África, Australia se ha convertido en el último en notificar la transmisión comunitaria de la nueva variante, un día después de que se detectara en cinco estados de Estados Unidos.
Ómicron ha llegado a Asia, África, América, Medio Oriente y Europa, y a siete de las nueve provincias de Sudáfrica, donde se identificó por primera vez. Muchos gobiernos han endurecido las normas de viaje para impedir la entrada de la variante.
“Los controles fronterizos pueden ganar tiempo, pero todos los países y comunidades deben prepararse para un nuevo aumento de los casos”, declaró Takeshi Kasai, director de la OMS para el Pacífico occidental, en una reunión informativa.
“La gente no debe confiar únicamente en las medidas fronterizas. Lo más importante es prepararse para estas variantes con alta transmisibilidad potencial. Hasta ahora la información disponible sugiere que no tenemos que cambiar nuestro enfoque”, agregó.
Kasai instó a los países a vacunar completamente a los grupos vulnerables y a mantener medidas preventivas como el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
Ómicron ha sido catalogada como “variante preocupante” por la OMS y los científicos siguen recopilando datos para establecer su gravedad y contagio, al igual que algunas partes de Europa se han visto afectadas por oleadas de infecciones invernales por la variante Delta.
Michelle Groome, científica del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, declaró que el país se enfrenta a un aumento sin precedentes de las infecciones debidas a Ómicron.
Desde que se detectó por primera vez en el centro de China a finales de 2019, se han registrado casi 264 millones de personas infectadas por el coronavirus y 5,48 millones de personas han muerto, según información de Reuters.
Ciencia y velocidad
Las tasas de vacunación varían de un país a otro, pero hay brechas preocupantes en los países más pobres. Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo y que en su momento fue el epicentro del COVID-19 en Asia, sólo ha inoculado completamente a un 35% de su población.
El director médico de Australia, Paul Kelly, dijo que era probable que Ómicron se convirtiera en la variante dominante a nivel mundial en cuestión de meses, pero que por el momento no había pruebas de que fuera más peligrosa que Delta.
En Estados Unidos, el gobierno del presidente, Joe Biden, anunció medidas para evitar la propagación del virus. A partir del lunes, los viajeros aéreos internacionales que lleguen al país norteamericano tendrán que haber obtenido un resultado negativo en la prueba de COVID-19 en el plazo de un día tras el viaje.
“Vamos a luchar contra esta variante con ciencia y rapidez, no con caos y confusión”, dijo Biden.
Menos del 60% de la población estadounidense se ha vacunado completamente, una de las tasas más bajas entre las naciones ricas.
Las restricciones a los viajes en todo el mundo se han acelerado, y Hong Kong, Países Bajos, Noruega y Rusia, entre otros, han anunciado nuevas medidas el jueves.
Además de causar estragos en el sector de los viajes, la aparición de la nueva variante ha golpeado los mercados financieros y ha socavado las principales economías justo cuando empezaban a recuperarse de los cierres provocados por Delta.
Alemania dijo que prohibiría a los no vacunados el acceso a todos los negocios, salvo los esenciales, y que se redactaría una legislación para hacer obligatoria la vacunación a principios del año que viene.
Varios países, entre ellos Gran Bretaña y Estados Unidos, estaban adelantando planes para ofrecer vacunas de refuerzo, pero, al igual que las prohibiciones de viajar, son controvertidas.
Muchos científicos afirman que la forma de detener la propagación del virus es asegurarse de que los países más pobres tengan acceso a las vacunas, y no ofrecer dosis de refuerzo generales a los habitantes de los países más ricos. Infobae