"Está lúcida y nos conversa, se ríe, juega con el celular" aseguró Elena Jiménez, tía de la pequeña. Se encuentra bajo el estricto seguimiento médico de tres enfermeras y una doctora.
Abigail Jiménez, la nena de 12 años que padece Sarcoma de Ewing, recibió una grata noticia por parte de los médicos, quienes le indicaron que su estado de salud mejoró y podrá pasar navidad con su familia. Hace dos semanas, los expertos en salud habían informado a los padres de la pequeña que, probablemente, solo que quedaran un par de horas de vida. A través de las redes sociales, los usuarios difundía también la noticia de que Abigail había muerto.
Jiménez, tía de la nena de Santiago del estero, comentó al portal de noticias La Gaceta: "Está lúcida y nos conversa, se ríe, juega con el celular". Acto seguido, confiesa haber pedido en reiteradas ocasiones que sucediera lo imposible. "Yo pedí por Abigail. Ante diosito me arrodillé y le pedí un milagro para ella" recordó. Actualmente, la hija de Diego y Carmen guarda reposo en su casa, sin necesidad de un respirador de oxígeno y bajo estricto seguimiento médico. Tres enfermeras y una doctora, provenientes de las Termas de Río Hondo, supervisan su salud.
La conmovedora historia de Abigail
El pasado 20 de noviembre, la niña de 12 años intentaba ingresar junto a su familia a la provincia de Tucumán, para continuar con el tratamiento de su cáncer. Sin embargo, se veía imposibilitada de hacerlo. La policía fronteriza le exigía un permiso del Comité de Emergencia de Santiago del Estero para circular. Ante la desesperación, y luego de horas sin recibir novedades, Diego Jiménez tomó a su hija en brazos y se dispuso a caminar hasta el hospital, a 5 kilómetros de distancia.
Finalmente, la familia recibiría el permiso correspondiente y un conocido de la misma recogería al padre y a su hija para llevarlos hacia el hospital. Diego Abigail transportando a pie a su hija de 12 años, luego de que la policía le impidiera el ingreso a Tucumán En las semanas siguientes, la pequeña de Santiago del Estero sería trasladada al Hospital Universitario Austral, localizado en la provincia de Buenos Aires.
Estando allí, los experto en salud dieron a conocer un parte médico en el que recalcaban que no existía tratamiento curativo para su enfermedad. Acto seguido, Abigail retornaría a su provincia natal para, según los médicos, transitar sus últimas horas de vida. Sin embargo, no contaban con el milagro que iba a suceder en los días próximos.