El gobierno lanza esta semana el plan de seguridad relacionado con las fiestas. No quedan dudas de que espera un gran movimiento en el centro de la capital chaqueña que podría inscribirse en el rebote económico que viene registrado el país tras la etapa depresiva que provocó la pandemia en todo el mundo.
El país comenzaba a asimilar que Diego Armando Maradona había muerto y en la provincia, repentinamente falleció el director del diario Norte, Miguel Ángel Fernández. Es una figura importante para el periodismo chaqueño la que se fue, y de alguna manera termina horizontalizando la labor de quienes vienen ejerciendo la tarea periodística en los tiempos que siguen.
El vaticinio de que la circulación durante los días previos a las fiestas de será más que importante no hace sino confirmar la fuerte movilidad que se registra en la provincia y particularmente en el Gran Resistencia. El adjunto de la dirección del Hospital Perrando, Daniel Pascual advirtió esta semana que el hospital modular erigido al inicio de la pandemia está prácticamente colmado. Paradójicamente, pocas horas después Clarín se lamentaba de que en la Provincia de Buenos Aires un centro de atención similar levantado en el complejo Tecnópolis estaba prácticamente por cerrarse porque no había pacientes. El retroceso del Coronavirus en el AMBA es también muy mercado. Las cifras de la provincia del Chaco se difuminan en el total nacional que muestra que el Coronavirus sigue activo en el país, pero con baja intensidad.
Pascual pedía a través de los medios que a los jóvenes que “esperen un mes más” hasta que llegue la vacuna. Literalmente puso de relieve la máxima apuesta que incluso tiene el Gobierno nacional para ingresar a un camino de crecimiento de la economía que no admite ninguna clase de cuarentena o, por lo menos, ningún retroceso de este tipo. A esta cuestión aplica el pago del medio aguinaldo que el gobierno provincial prevé entre el 14 y el 18 de diciembre. Los recursos del sector público habitualmente constituyen una palanca de movimiento para el sector privado provincial.
El presidente Alberto Fernández adelantó que antes de fin de este mes de diciembre planean vacunar a unas 300 mil personas, antes del despliegue del gran plan de inmunización que podría alcanzar a 5 millones de personas en enero y otras tantas en febrero.
La economía revirtiendo los indicadores negativos -incluso a situaciones de prepandemia, cuando gobernaba el presidente Mauricio Macri, es el método oficial que no tiene a la vista un Plan B.
Algo parecido ocurre en la provincia. Jorge Capitanich lo dejó en claro también cuando hace unas 48 horas anunció la apertura de eventos para hasta 100 personas durante la noche, pese a que los registros de la provincia todavía siguen siendo preocupantes.
Esos eventos deberán ser realizados al aire libre o en espacios abiertos, con hasta 100 personas. En el caso de que se realicen en espacios cerrados, incluyendo los domicilios particulares, el máximo permitido es de 20 personas.
El gobierno chaqueño aflojó pensando en actos académicos pero no en recepciones de estudiantes que terminan la primaria o secundaria y sobre todo las reuniones familiares de fin de año.
Ni hablar de las expectativas que se generan con el turismo. La flexibilización anunciada no solamente en el Chaco, sino también en Corrientes que prácticamente elimina las restricciones que provocaron tanto reclamo en la zona del puente. Salvar la temporada de verano, especialmente del otro lado del Paraná puede llevar a tomar medidas que hace algunos días parecían un sacrilegio que el gobernador correntino, Gustavo Valdés, no estaba dispuesto a conceder.
El drama es que durante esta semana se registraron picos muy superiores a 300 nuevos contagios de COVID-19 y ayer, cuando es conocido que los fines de semana se producen sensibles bajas en la contabilización de casos. En la jornada de ayer hubo más de 260 casos nuevos.
El escenario se completa con la encrucijada en la que el planeta empieza a tomar nota de que se plantea un cuello de botella en la provisión de vacunas. Rusia permitirá que se fabrique en la Argentina su candidata Sputnik V, y ya se sabe que la de Oxford/Astra Zeneca no llegará hasta el mes de marzo tras el traspié que significó no poder atribuir más que al azar que los resultados de fase 3 no puedan precisar con precisión por qué una dosis y media son mejores que dos.
Phizer no puede cumplir con las expectativas que generó en las principales potencias del mundo en su capacidad de producir más de 100 millones de dosis antes de fin de año. Inglaterra ya le dio el visto bueno y la semana que viene comenzará oficialmente a vacunar. EEUU todavía no dio la aprobación de emergencia. Los otros grandes laboratorios, Moderna, Janssen, o la china de Sinovac todavía no tienen fecha de presentación en esta parte del mundo.
Esas circunstancias terminaron la campaña que habían desplegado los sectores vinculados al PRO-radicalismo con infundadas críticas a la vacuna candidata rusa por su procedencia. De eso ya no se habla, y en todo caso, la sensación que subsiste es que si alguna llegara a esta parte del país e incluso al territorio argentino generalizado, en los tiempos que apremian ante el temor de una segunda ola, sería casi en soledad la Sputnik V.
Incluso para el interior argentino, las pocas unidades que están comprometidas por Phizer para nuestro país tienen la desventaja logística que presenta el extenso territorio nacional. Aun así falta todavía la campaña de comunicación no sólo del plan de vacunación en la provincia, sino también de los efectos que implica aplicarse o no la vacuna. De la continuidad de las medidas del DISPO.
Si la baja en los números que registró en la provincia provocó una situación de confianza que hizo que nuevamente crezcan y de manera importante, da temor imaginarse lo que ocurriría en caso de que empiece la vacunación, entre los que se la apliquen y los que crean que porque el otro se la puso la pandemia ya terminó. Para eso, falta mucho.