Eugenio Raúl Zaffaroni camina sin prisa por el lobby de un hotel del centro de la ciudad el viernes por la tarde. En unas horas dará una conferencia en la Facultad de Derecho local sobre “Narcotráfico, geopolítica y Derechos Humanos”. Antes, recibe a Conclusión para dialogar acerca del tema sobre el que expondrá, tanto a nivel global como en su manifestación rosarina. “Decir ‘estoy reprimiendo y controlando el narcotráfico’, porque meto preso a los pibes del narcomenudeo, es una estupidez”, afirmó sobre la faz vernácula del fenómeno. Acerca de la mundial, también fue tajante: “La DEA es la junta reguladora del precio internacional de la cocaína. Entonces, ¿ustedes van a resolver en Rosario el problema, persiguiendo al pibe que está vendiendo en la esquina?”.
Zaffaroni no cree que los niveles de violencia urbana que desde hace una década posee Rosario estén vinculados solamente al mercado ilícito del comercio de drogas.
Antes que de “delincuencia organizada”, prefiere hablar de “delincuencia de mercado”. Así, sostiene que “una prohibición” -como la del consumo de determinados estupefacientes- produce el nacimiento de “un servicio ilícito, que va desde el lavado de dinero hasta el reparto de tóxicos. Cuando se produce un fenómeno de esos, por regla general, hay varios servicios ilícitos, y hay que ver hasta donde han llegado”.
“Lo que creo que puede haber en Rosario es narcomenudeo, lo tenemos en Buenos Aires también. Y decir ‘estoy reprimiendo y controlando el narcotráfico’, porque meto preso a los pibes del narcomenudeo es una estupidez, obviamente que es una idiotez. Con eso no controlo el narcotráfico, si es que el narcotráfico se puede controlar de alguna manera”, dijo el criminólogo.
Descuidar a la policía
El tráfico transnacional de drogas “tiene una perspectiva mundial”, explicó, pero “es cierto que eso incide en todo el país, también en Rosario. ¿Por qué se produce este fenómeno tan particular en Rosario? A mi juicio hay un problema que corre el riesgo de manifestarse en todo el país, sobre todo por las manifestaciones irresponsables de la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich) y del ministro de Defensa (Luis Petri)».
Ese fenómeno que marcó el ex ministro de la Corte Suprema nacional es el de la pérdida de control político sobre las fuerzas de seguridad.
“Lo que ha pasado en Rosario es que se descuidó a la policía. Cuando se dice mano libre a la policía, ¿para qué? Si no se la cuida, la policía está muy vinculada a la delincuencia”, señaló Zaffaroni.
En esa línea, agregó que “si no se la preserva hay un momento en que, no digo todo el cuerpo, pero se produce parcialmente un fenómeno de descontrol y de simbiosis (con el delito) y al diablo la seguridad. Creo que es ese el fenómeno Rosario”.
Para Zaffaroni, “si destruimos policía vamos a tener un desastre, vamos a tener una catástrofe, porque empieza a surgir poder punitivo por parte de las policías autonomizadas, de parte de la delincuencia de mercado, de grupos de autodefensa, de justicieros, brigadas”.
De Ecuador a El Salvador
El abogado explicó que no se trata de una fantasía. “Estoy hablando de fenómenos que conozco en América, no son inventados. Tenemos que parar para que eso no nos llegue a nosotros”. Brindó como ejemplo, en la región, lo que ocurrió en Ecuador con el ataque del narcotráfico al poder civil y el control territorial.
También, como contracara, se refirió a El Salvador. “No voy a defender a (el presidente Nayib) Bukele por lo que hizo en El Salvador, pero se encontró con un país sin policía, donde se cobraba protección mafiosa, derecho de circulación. No lo estoy justificando, porque se podría haber hecho otra cosa”, dijo.
¿Bukele logró regular desde el Estado la violencia ligada al crimen organizado? “Lo que hizo Bukele es otra cosa, fue potenciar una parte de la mafia para controlar al resto, por eso no lo estoy justificando, pero tampoco lo estoy condenando al cien por ciento”, dijo entre risas el criminólogo.
Acerca del narcoterrorismo, expresión utilizada por la ministra Bullrich en marzo pasado cuando desde las cárceles locales se ordenó el crimen de cuatro trabajadores, aseguró que “es un invento. Se ha hablado de tantas cosas. Es un invento total, no hay narcoterrorismo, hay un negociado trasnacional. ¿Por qué no cierran los refugios fiscales, donde se lava todo el dinero grande del narcotráfico?”.
La DEA como reguladora
“El principal consumidor de cocaína es Estados Unidos”, recordó Zaffaroni, para precisar que “llega a ese país al precio de uno y al consumidor le llega a cinco o seis. ¿Dónde queda la mayor renta? Dentro de Estados Unidos. ¿Y dónde se lava? Porque esa renta no queda en el aire, se legaliza ese dinero, se recicla”.
El ex juez apuntó al circuito de lavado de activos de los mercados ilegales, que aceita el sistema formal. “La wash machine (máquina de lavado) funciona y nadie la cierra. Si funciona para todos los impuestos que no se pagan en cualquier país del mundo, entonces quiere decir que nadie tiene mucho interés en eso”, sostuvo.
En ese contexto, “de vez en cuando se desarma un cartel momentáneamente, entonces la DEA (la agencia gubernamental de drogas de Estados Unidos) interviene, porque hay poca oferta y sube mucho el precio de la cocaína. La DEA es la junta reguladora del precio internacional de la cocaína. Entonces, ¿ustedes van a resolver en Rosario el problema, persiguiendo al pibe que está vendiendo en la esquina?”, concluyó.
