Por Daniel Caran
Denuncias por desmanejo de fondos, cuentas escondidas, millones por una mención…
En realidad, la presentación del carnaval correntino en la apertura de Showmatch desnudó las verdaderas intenciones de algunos, y la coherente intencionalidad de la mayoría, que suele tratar de “banal y de mal gusto” al programa de Tinelli, pero que corren detrás de sus pretensiones para ser nombrados por el hombre más fuerte de la TV argentina.
Y a las denuncias por las millonarias cifras que se pagó por el escandaloso show se suman las miserias locales de mediocres bailarinas que terminaron a los empujones para asegurarse los primeros lugares en la transmisión en vivo.
Pero, se dijo, estas cosas desnudan conceptos e intencionalidades.
Nadie desconoce que el gestor de todo es el exintendente Vignolo, cuyo secretario y mano derecha fue uno de los organizadores de una fiesta local donde no hubo muertos de casualidad… entonces, queda más que claro dónde están los principios.
Y si encima se “premia” a la población con míseros 400 pesos a horas de una elección, las plumas y redoblantes pasan a ser elementos de jolgorio en un espectáculo grandilocuente con protagonistas de lujo, y la sociedad correntina mirando desde lejos.
En la “vidriera” de Tinelli se mostró cantidad… color… música (o ruido)… ¿esa es la promoción que queremos del carnaval?
“Todos hablan del carnaval correntino… eso es lo positivo”, dicen algunos, minimizando en absoluto los vapuleados vestigios de la destruida fiesta.
Las bailarinas y bailarines correntinos se empujaron, se codearon, se pegaron, en una muestra cabal del circo romano donde las fieras –como siempre- terminaron ganando.
Poco y nada. Vergüenza absoluta.