Por Daniel Caran
Desde mañana los correntinos deberemos afrontar un nuevo aumento por un servicio que siempre se encontró en una nebulosa, el pago de estacionamiento en la ciudad capital.
Las autoridades del Ejecutivo municipal incrementaron un 33% la hora por estacionar en determinadas zonas de la capital provincial, zonas que fueron ampliadas para esta nueva suba.
Tomando un promedio de 6 horas que es el horario de trabajo de un empleado de comercio estatal en el micro y macro centro de nuestra ciudad, se necesitan $240 diarios y $1.200 sumando cinco días y $1.440 sumando una jornada más. Siempre que se trate de medio día, si es jornada completa el monto se duplica.
Corrientes desde hace tiempo se convirtió en una de las capitales de la región más caras y con casi nulo desarrollo en infraestructura. Tiene la tarifa más cara en transporte público: $60; desde enero de 2022 el Impuesto inmobiliario más tasas por servicio con un 42,67% de aumento. Impuesto automotor con un 76,18% de aumento. A estos indicadores hay que sumarle los servicios básicos: energía y agua potable que también son caros para el nivel de ingresos de la población en la capital provincial.
Consideraciones: la administración municipal que en diciembre pasado inició su segundo periodo de gobierno, no ejecuta obras significativas en la ciudad. Por citar ejemplos, las que se están realizando como la Autovía de la Ruta Nacional 12 y el mejoramiento de la costanera General San Martin, son hechas con recursos del Gobierno nacional.
Pero regresemos a los servicios. La capital provincial desde hace tiempo exhibe falencias estructurales en cuestiones básicas: calles, plaza, parques, limpieza, iluminación, señalización, control de tránsito.
Ese déficit contrasta con la necesidad recaudatoria de la administración comunal. Quizás sea momento de empezar a planificar una reestructuración de la ciudad, dividirla por zonas ante un exponencial crecimiento en los últimos diez años. Allí también hay un considerable déficit. No hubo una planificación sobre ese crecimiento, falta urbanización a pocas cuadras del macro centro correntino. Otro ejemplo de esto es la terminal de ómnibus y sus zonas aledañas, todo en un verdadero estado de abandono siendo la puerta de entrada y tarjeta de presentación de la ciudad a los visitantes.
Por estas cuestiones es que contrasta esa necesidad recaudatoria ante una pobre oferta en obras estructurales por parte de la comuna. Incluso, en los últimos días autoridades comunales y provinciales anunciaron, como generalmente lo hacen, con bombos y platillos, una reformulación en el sistema de transporte público. Incluso hablaron de mejorar la frecuencia de las unidades de transporte: ¿Antes no lo hicieron? ¿No controlan esa cuestión mínima en la prestación del servicio?
Recordemos que ambas administraciones llevan dos mandatos. Parece positivo y optimista modernizar el transporte, el más caro de la región, pero también se debe exigir el cumplimiento de las prestaciones por parte de las empresas concesionarias.
Volvamos al inicio. La nebulosa en que se encuentra el estacionamiento medido en la capital provincial: ¿Cuánto recauda la municipalidad de Corrientes con ese cobro? ¿En qué se invirten esos recursos? ¿Los trabajadores que cobran ese servicio todos los días en la calle, son autónomos? Porque recaudan para el Estado municipal. ¿Cómo es el pago en porcentaje de lo recaudado? ¿Son trabajadores tercerizados de la municipalidad? O tienen algún grado de relación con el municipio.
Ninguna de estas preguntas tiene respuestas ante un servicio que lleva años y varias administraciones municipales. Pagamos servicios caros en una ciudad con poca oferta para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.