Por Daniel Caran
Hace cuatro meses la Justicia federal detuvo al intendente de Itatí, al viceintendente, al jefe de la comisaría local, a dos policías más, a gendarmes, exprefectos, abogados y a otras personas más por el delito de asociación ilícita vinculada al narcotráfico por el comercio de drogas ilegales provenientes de Paraguay. Bien. Ese día, Ricardo Colombi fue al pueblo, se sacó fotos y dio entrevistas para la TV mostrando una falsa preocupación por el avance del narcotráfico en la provincia que él gobierna desde hace 16 años. Al día siguiente, Colombi se borró y nunca más apareció. ¿Ya no sabe dónde queda Itatí? ¿Sus funcionarios no conocen la ruta para llegar a Itatí? ¿No tienen tiempo? ¿Qué hacen? ¿Acaso no hay más nada que hacer en esa hermosa localidad, llena de buena gente, historias y memorias? ¿Acaso el Gobierno de Corrientes no tiene ministerios de Educación, Salud, Desarrollo Social y de Obras Públicas? ¿No era que trabajaban en equipo? ¿Qué hacen?
Luego de las detenciones de las autoridades municipales, Colombi pretendió intervenir la Comuna y fracasó rápidamente. ¿Era lo único que le importaba? ¿Solo quería quedarse con una caja más en su poder? ¿Y qué hay para la buena gente que vive en Itatí y que todos los días honra la vida con su esfuerzo?
¿Qué hacemos con la gente honesta de Itatí que sueña con progresar y que deposita en la Virgen Morena todas sus esperanzas? ¿Qué hacemos con los correntinos?
Luego de visitar Itatí, de hablar con vecinos y dirigentes, lo único que uno observa es la ausencia del Estado. A Colombi y sus funcionarios no les importa nada. La gente sigue sola, tratando de salir adelante con lo que tiene a su alcance. Los pibes están sorteando obstáculos todos los días y ya se sabe cuál puede ser el destino de muchos de ellos que viven abandonados a su suerte.
¿Qué hacen los ministros de Colombi? Irán ahora, como todos los 16 de julio, a buscar una foto con el Arzobispo frente la Basílica y nada más.
¿Acaso en Itatí no hay pobreza, desigualdad, desnutrición, exclusión, deserción escolar, hambre, desocupación, adicciones, falta de obras públicas? Los interrogantes continúan. ¿Estado dónde estás? ¿Dónde queda Itatí?