Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Recibí las notificaciones

DESBLOQUEAR NOTIFICACIONES

Siga estos pasos para desbloquear

Opinión del Lector

Dólar y "la tablita": los espejismos cambiarios que socavan el futuro

Pablo Tigani

Por Pablo Tigani

La implementación de la tablita cambiaria marcó un periodo crucial en la historia económica del país. Sin embargo, lejos de cumplir sus objetivos, este modelo resultó ineficiente, profundizando los desequilibrios macroeconómicos y conduciendo a una crisis económica y social.

Desde marzo de 1976 hasta junio de 1981 la política cambiaria en la Argentina fue de tipo de cambio fijo (el BCRA se compromete a comprar y vender divisas a un precio establecido). La tasa de inflación doméstica en lo relativo a los bienes comercializables internacionalmente, debían ajustar a la tasa de devaluación, más la inflación externa. La tasa nominal interna de interés debía reflejar el rendimiento nominal alternativo reflejado en moneda doméstica prevaleciente en mercados internacionales.

Lo que permite distinguir las etapas políticamente es la periodización. Económicamente, la política cambiaria y el modo en que se ajusta el tipo de cambio. La implementación de la tablita cambiaria bajo el gobierno de facto en Argentina (diciembre 1978 hasta marzo1981) marcó un periodo crucial en la historia económica del país. Implementada por José Alfredo Martínez de Hoz, esta política buscaba estabilizar los precios mediante un esquema de devaluaciones preanunciadas, conocido como “tablita”, que pretendía anclar las expectativas inflacionarias.

Sin embargo, lejos de cumplir sus objetivos, este modelo resultó ineficiente, profundizando los desequilibrios macroeconómicos y conduciendo a una crisis económica y social que marcó el colapso del proyecto neoliberal de aquella época. Este artículo intenta analizar sucintamente las razones de su fracaso, su impacto en la estructura económica del país y las lecciones que ofrece para analizar el actual momento económico.

Marco conceptual y contexto histórico del intento fallido

La “tablita” cambiaria se implementó en el contexto de una dictadura cívico-militar, donde el proyecto económico estaba alineado con el auge del neoliberalismo internacional. Según Basualdo, el modelo de acumulación en la Argentina durante este periodo estuvo fuertemente influido por la financiarización y la apertura irrestricta al comercio y a los flujos de capital. Este esquema buscó disciplinar los negocios pais, mediante la liberalización comercial y financiera de la economía, lo cual implicó un ataque directo a la industria local y al poder adquisitivo de las clases populares.

Canitrot describe cómo la “disciplina” se convirtió en un objetivo político de las elites técnicas vinculadas a organismos como el FMI y el Banco Mundial. En este marco, la “tablita” fue una herramienta clave para generar una transferencia de ingresos desde los sectores productivos hacia los especulativos, consolidando una estructura de poder favorable al capital financiero.

Las ineficiencias del modelo

El fracaso de la tablita cambiaria puede explicarse mediante una combinación de errores en el diseño y en la implementación de la política:

Apreciación cambiaria y “desubindustrializacion avanzada”: La sobrevaluación del peso favoreció las importaciones, perjudicando a la industria nacional. Schvarzer argumenta que esta política desmanteló sectores industriales clave, creando un desbalance estructural en la economía, pero también destruyó la industria argentina liviana. Para dar un solo ejemplo del lugar que ocupaba la industria nacional, mencionaremos: electrodomésticos Yelmo, que ocupaba 1.500 personas en una planta industrial totalmente integrada de 42.500 metros cuadrados cubiertos, en 8 hectáreas, en el Partido de La Matanza. Esa empresa con buen nivel de rentabilidad y reinversión permanente hasta junio de 1977 exportaba pequeños artefactos para el confort del hogar a 26 países, incluyendo EE. UU, Brasil e Israel. En 1979 estaba acabada...

Incremento del endeudamiento externo: La apertura financiera y la desregulación incentivaron la toma de deuda en dólares. Según Mariana Heredia, esto consolidó una dependencia externa que exacerbaría la vulnerabilidad del país ante shocks externos.

Incremento del endeudamiento interno: La apertura financiera y la desregulación incentivaron las subas de las tasas de interés para las empresas nacionales que utilizaban financiamiento bancario. En promedio, las medianas y grandes, pasaron de pagar un máximo de 27.69% (TEA), a 96.132% (TEA). Es decir, tomando un pasivo estático, las empresas comenzaron a tener un costo financiero del triple en términos de tasas activas, de mayo a junio de 1977.

Inflación y redistribución regresiva: Aunque inicialmente la inflación cedió, el anclaje cambiario no atacó las causas estructurales del problema, considerando el marco teórico elegido por la conducción económica.

El descontrol fiscal y monetario fue excesivo: El gasto público fue exuberante. Si bien trato de esterilizarse la emisión monetaria de todas las maneras, incluso a través de un desacierto llamado “cuenta de regulación monetaria”, nada funcionó. Esto resultó en una inflación reprimida que eventualmente se desbordó, afectando principalmente a los sectores de menores ingresos.

Especulación financiera: La liberalización de los mercados financieros creó un terreno fértil para la especulación. Las tasas de interés no reflejaban de una manera satisfactoria las expectativas de inflación. Canitrot sostiene que los grandes conglomerados económicos aprovecharon la brecha entre tasas de interés y devaluaciones preanunciadas para obtener rentas extraordinarias, a costa de la estabilidad económica. En realidad, los grandes grupos que vieron la situación y tenían capacidad de endeudamiento y relaciones con entidades del exterior, u operaban con bancos locales con corresponsalías, se dedicaron al “carry trade”, o “bicicleta financiera”. Los que no tenían acceso sucumbieron.

Impactos económicos y sociales

Experiencia 2024 “la tablita de Caputo”

En 2024, los inversores que aprovecharon el crawling peg y optaron por activos en pesos obtuvieron rendimientos significativos, superando ampliamente la depreciación del dólar.

Rendimientos destacados:

Bonos del Tesoro en Pesos: El bono TO26 (Bono Tasa Fija octubre 2026) registró un rendimiento del 236,6% en pesos, lo que se convierte en una ganancia del 176% en dólares, considerando la evolución cambiaria.

Acciones del sector bancario: Las acciones de bancos argentinos, como Grupo Financiero Galicia, Banco Supervielle, Banco Macro y BBVA, lideraron las subas del índice Merval, con incrementos superiores al 300% en pesos. El índice Merval, en su conjunto, aumentó un 127% medido en dólares, alcanzando niveles no vistos desde 2018 (Macri-Sturzenegger-Caputo).

Plazo fijo UVA: Esta herramienta de inversión, que ajusta el capital según la inflación, ofreció un retorno del 150% en pesos, equivalente a más del 90% en dólares, dado que el tipo de cambio libre subió aproximadamente un 30% en el año.

Estos resultados evidencian que, en un contexto de estabilidad cambiaria y políticas monetarias restrictivas, las inversiones en pesos resultaron altamente rentables en términos reales y en comparación con el dólar.

En 2024, la economía argentina otra vez experimentó una crisis significativa que afectó gravemente al sector industrial y a las pequeñas y medianas empresas. Según datos del Frente Productivo Nacional, alrededor de 16.500 Pymes cerraron sus puertas durante el año, con 10.000 cierres entre enero y julio, y 6.500 adicionales entre julio y octubre (ámbito.com 10 de noviembre 2024). Este fenómeno tuvo un impacto directo en el empleo. Asimismo, se redujeron los empleos asalariados registrados en 220.178 (2.2%), según los datos del SIPA. La información se desprende del último informe de la Consultora Vectorial, de Eduardo Hecker. (ámbito.com 16 de diciembre 2024)

La tasa de desempleo en Argentina fue 6,9% en el tercer trimestre de 2024, afectando a casi 1.5 millones de argentinos, otros 2.534.000 se encuentran en situación de subocupación. A pesar de la mejora con respecto al segundo trimestre 2024, el número de desocupados ha aumentado en más de 280.000 personas en comparación con el mismo periodo del año pasado (Fuente: Indec, 18 diciembre, 2024).

Lecciones

Tanto el caso de la “tablita” cambiaria de Martínez de Hoz como la “tablita” cambiaria Caputo, demuestran los riesgos de adoptar políticas de estabilización que no consideran las particularidades estructurales de la economía nacional. En particular:

La necesidad de revisar el trilema, o “la trinidad imposible” que indica que es inadmisible para un país mantener simultáneamente un tipo de cambio fijo, el libre movimiento de capitales y una política monetaria independiente (1962, Fleming Mundell). Ellos afirmaron que no podrían lograrse más de dos de esos tres objetivos

Tanto el fracaso de la “tablita” cambiaria Martínez de Hoz o la “tablita” de Caputo no fue un accidente, sino el resultado de un modelo económico que priorizó los intereses del capital financiero sobre las necesidades del desarrollo. Estos episodios habían sido investigados por diversos autores con el objeto de evitar la repetición de errores similares en el futuro. La economía argentina vuelve a tropezar con la misma piedra, reviviendo políticas que prometen estabilidad pero que, en realidad, profundizan las inequidades sociales y económicas. Las tablitas cambiarias de Martínez de Hoz y Caputo 2024, comparten un trágico legado: priorizar la especulación financiera sobre la producción, beneficiar a pocos a costa de muchos y desmantelar la industria en nombre de una estabilidad precaria. Estos modelos, ataviados de soluciones técnicas, no son más que espejismos que hipotecan el futuro del país.

La historia nos enseña que el verdadero desarrollo no se construye sobre devaluaciones preanunciadas. Persistir en estos errores no es solo una mala decisión económica; es un acto de irresponsabilidad histórica. Argentina sigue atrapada en un ciclo vicioso de promesas incumplidas y políticas repetitivas. El crawling peg de Luis Caputo en 2024 no es más que una reinvención de la fallida tablita cambiaria de Martínez de Hoz, ambos modelos basados en la especulación, el endeudamiento y el abandono del aparato productivo. Estas estrategias, aunque luzcan atractivas para los mercados financieros, han demostrado ser devastadoras para el empleo, la industria y la equidad social. Persistir en estas recetas económicas es condenar al país a un futuro de mayor exclusión, vulnerabilidad y dependencia externa. Es hora de discontinuar este paradigma y priorizar políticas que fomenten un desarrollo inclusivo y sostenible, antes de que sea demasiado tarde.

Director de Fundación Esperanza. https://fundacionesperanza.com.ar/ Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros

Dejá tu opinión sobre este tema

Noticias destacadas

Más noticias

Te puede interesar

Newsletter

Suscribase a recibir información destacada por correo electrónico

Le enviamos un correo a:
para confirmar su suscripción

Teclas de acceso