¿Sabías que los abrazos y los besos aportan innumerables beneficios físicos y anímicos?
Comencemos por los abrazos; ellos nos hacen sentir comprendidos, protegidos, apoyados, no solo se incrementa el vínculo afectivo y emocional con otras personas, también activan todo el cuerpo, mejorando la salud.
Fortalecen el sistema inmunitario al estimular la generación de glóbulos blancos, las células encargadas de prevenir infecciones y patologías oxigenan del organismo, lo que ayuda a prolongar la vida de las células previniendo el envejecimiento prematuro.
Cuando recibimos o damos un abrazo se disparan un montón de acciones automáticas a nivel fisiológico, por ejemplo:
Se libera una neuroquímico llamada oxitocina, conocida como la hormona del apego y del amor, disminuyendo la producción de cortisol y adrenalina, hormonas que se emiten en altas concentraciones cuando nos encontramos bajo una situación estresante.
Cuando nos abrazan todos nuestros receptores que se encuentran ubicados en la piel, envían una señal a nuestro cerebro y sentimos una sensación de tranquilidad, protección y seguridad.
Al mismo tiempo de la oxitocina, los abrazos permiten la liberación de serotonina y dopamina, estimulando la impresión de bienestar y felicidad; lo que igualmente permite mejorar la autoestima incrementando el buen estado de ánimo.
Estas diferentes hormonas benefactoras el sentirnos relajados, en calma, contribuyendo a reforzar los vínculos afectivos y rendimiento, por ejemplo: la dopamina aumenta el buen humor y la motivación, colabora con los procesos de aprendizaje y memoria.
Abrazar es sinónimo de amar, compartir, contención, amistad, reencuentro, emociones en donde las palabras están demás.
Veamos los beneficios del beso según las investigaciones del Instituto Superior de Ciencias de la Salud.
La palabra beso proviene del latín “basium” -acción de besar- y besar del latín “basiare”, tocar algunas cosas con los labios contrayéndolos y dilatándolos suavemente, para manifestar amor, amistad, o reverencia.
Un beso es el acto de tocar algo con los labios, generalmente a otra persona; el beso es la forma más clara de expresar cariño, manifestar sentimientos, emociones y pasiones, puede darse de muchas formas y en muchas partes del cuerpo, no solo en los labios.
Hay diferentes tipos de besos, besos de saludo, afectivos o amorosos, de subordinación y respeto ej. besar las manos.
Dividimos a los besos en cuatro según el lugar, la duración y el intercambio de saliva:
1. Besos secos, o sociales; son los besos en la mejilla, los arrojados al aire, el mariposa o esquimal; breves y sin intercambio de saliva.
2. Beso en la boca; es el dado en los labios, con apenas contacto, poco intercambio de saliva, de duración más larga que él anterior, llamado “piquito”.
3. Beso profundo, húmedo; en la práctica se introduce la lengua en la boca de la persona a la que se está besando; es el de mayor intensidad, con intercambio de saliva, de mayor duración.
4. Besos corporales y o sexuales son besos de alto contenido erótico, se desarrollan durante la seducción, cortejo o la relación sexual; de amplia variedad y duración, con o sin intercambio de fluidos corporales.
El beso no solo es una muestra de cariño, es un remedio natural, gratuito, al alcance de tus labios, además son terapéuticos principalmente para superar las depresiones, también queman calorías, ej. un beso de tres minutos quema al menos doce calorías, siendo un complemento de las dietas, suben el ánimo, mejoran la autoestima.
Besarse con frecuencia activa la circulación sanguínea y ayuda a las personas a enfermarse menos y a vivir más años.
De modo que los besos nos dan bienestar, nos hacen liberar oxitocina igualmente que, con los abrazos, hormona importantísima en el enamoramiento, el orgasmo, el parto y el amamantamiento, asociada con el cariño, la ternura y el contacto físico con los demás.
Ambos estimulan la liberación de distintas hormonas que funcionan como analgésicos y que fortalecen nuestras defensas inmunológicas, por ej. las endorfinas son unos opiáceos naturales del organismo que provocan una sensación placentera, actúan como antídoto para la depresión, la angustia, el desánimo, la tristeza o la aflicción.
Cuando nos besamos utilizamos cerca de 30 músculos lo que disminuye la formación de arrugas en la piel, mejora sensiblemente y estimula su regeneración.
Está demostrado que las personas que reciben y dan a menudo abrazos y besos apasionados tienen menor probabilidad de sufrir alexitimia, que es el desorden neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal.
El beso y abrazo ayuda a combatir el dolor, pues mientras más apasionado es, más endorfinas se segregan y esa actividad hormonal tiene un efecto superior a una pequeña dosis de morfina.
¿Hace cuanto que no besas o abrazas? Te mando un beso inmenso TG.
IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.