Por Maria Antonia Galvaliz
El rencor o el resentimiento perjudican más a quien lo siente, que a quien lo recibe, porque él resentimiento o rencor queman por dentro.
La intención positiva del resentimiento es la actuar cómo barrera para el cambio, en pos de protegernos de algo que consideramos peligroso pueda lastimarnos.
El resentido generalmente culpa y evita tomar responsabilidad de la propia felicidad, incomodidad o insatisfacción.
Por el contrario, soltar la culpa y el resentimiento significa ser responsable de uno mismo, o sea, “ser empoderado”, porque se tiene el poder en las manos para gestionar, decidir el propio destino.
Estar resentido tiene el mismo efecto en nuestro cuerpo que el estrés y la ansiedad, aferrarnos a él puede ser perjudicial para nuestro bienestar, emocional cómo físico; llegando a deteriorar enormemente nuestras relaciones y cuerpo.
La palabra resentimiento está compuesta por Re, es un prefijo que significa "de nuevo" o "atrás", se escribe pegado a la palabra que la acompaña, en este caso “Sentimiento”, efecto de sentir determinada emoción, por lo que Resentimiento se entendería volver a sentir una y otra vez determinada emoción, al igual que un disco rayado.
¿Qué es el resentimiento? Es un sentimiento negativo que puede surgir a partir de sentirse ofendido, insultado, discriminado o menospreciado, es conocido también como rencor, es un dolor moral que puede perdurar por mucho tiempo, puede ir desde una molestia temporal hasta un malestar profundo, puede dificultar o imposibilitar las relaciones con la persona que ofendió, puede estar acompañado de venganza, hostilidad, odio, ira, impotencia y enfado.
El resentimiento actúa como un escudo emocional para tener razón, sirve de justificación para exigir que el otro cambie y nosotros quedar cómo estamos con postura de víctima.
El resentimiento puede servir para encubrir sentimientos y emociones más profundas, donde tal vez no estamos preparados para enfrentar cambios, situaciones, muchas veces esconde otros sentimientos cómo ser la tristeza o dolor, limitaciones que estén constando identificarlas o expresarlas, el gestionarlas puede ayudar a salir de la postura de victimismo, bloquea o limitación.
¿Qué hay detrás del resentimiento? Hay un dolor moral, la persona que lo sufre no logra olvidar la supuesta ofensa, lo vuelve a sentir una y otra vez, -re-siente-, sentimiento que va acompañado de rencor y hostilidad hacia los responsables del daño, puede surgir cuando se siente que se nos negó algo que merecíamos, cuando se siente que se nos ha tratado de manera injusta, cuando se siente que no se recibió el apoyo o atención que se necesitaba.
Una persona enojada llega a desarrollar dolores de cabeza, aceleración de la respiración o aumento de las pulsaciones cardiacas, su conducta la puede llevar a gritar, insultar e incluso golpear a los demás, ira ligada a pensamientos distorsionados y negativos que surgen en situaciones estresantes, agobiantes y momentos que hacen sentir en peligro.
El resentido no piensa ni actúa acertadamente cuando está enojado, puede decir cosas inverosímiles y cometer actos de los que tal vez se arrepienta.
Cuando dicha emoción se presenta de manera frecuente o desproporcionada, quien la padece, valora el contexto como algo terrible, aun cuando en realidad no lo sea, las reacciones limitan la comunicación, pues el proceso cognitivo se ve limitado, en caso de que el resentimiento persista y afecte el bienestar emocional o la capacidad para relacionarse con los demás, es recomendable buscar ayuda profesional.
En el cerebro del resentido se libera neurotransmisores que incluyen adrenalina, noradrenalina y dopamina, los cuales son sintetizados a partir del aminoácido tirosina, cuya función es preparar al organismo para la defensa o huida. Esos neurotransmisores generan un aumento de energía en el organismo para que éste reaccione frente al evento amenazante.
Otras consecuencias del resentimiento: Se desequilibra el sistema inmunológico, degenera- miento celular con cualquier tipo de cáncer, se provocan contracturas, dolores musculares y jaquecas, se acelera la respiración, provocando que el corazón bombee con más intensidad, aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades cómo gastritis, colitis, dermatitis, aumenta la presión sanguínea, lo que con el tiempo puede provocar el deterioro de las arterias, se eleva el pulso cardiaco y se genera taquicardia, aumenta la producción de sustancias químicas como la adrenalina, lo que altera el equilibrio natural del cuerpo.
El perdón activa el sistema nervioso parasimpático, lo que ayuda al sistema inmunitario a funcionar con mayor eficiencia y facilita la liberación de hormonas del bienestar como la serotonina y la oxitocina.
“Perdonar no es olvidar, es liberar un prisionero y darse cuenta que el prisionero eras tú”
-Lewis B Smedes-
Te mando un beso inmenso TG.
IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.