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Opinión del Lector

Suicidio, la segunda causa de muerte en adolescentes argentinos

Flavio Calvo

Por Flavio Calvo

Los problemas familiares, el acoso escolar, la depresión, las luchas con su identidad sexual, la ansiedad y el consumo de drogas son algunas de las causas de esta problemática social. Afecta sobre todo a la población de entre 15 y 19 años.

En Argentina el suicido es actualmente la segunda causa de muerte en los adolescentes, según datos de Unicef, por lo que se convirtió en una problemática que cada vez se vuelve más preocupante. Según el último informe del Ministerio de Salud de la Nación, los jóvenes de entre 15 y 19 años son quienes están más inclinados a estas conductas.

Si bien es cierto que el suicidio es un fenómeno multifactorial, es decir, que no tiene una única causa, se pueden observar algunas situaciones de riesgo que predisponen a un adolescente a tener pensamientos suicidas.

Están presentes los problemas familiares, el acoso escolar, la depresión, luchas con su identidad sexual, la ansiedad y el consumo de drogas, entre las muchas causas por las que un adolescente llega a una situación límite. Los adolescentes, comúnmente creen que la mejor forma que tienen para expresar sus emociones, lo que viven y sienten es su propio cuerpo. Por eso muchas veces se autolesionan, viven situaciones de bulimia anorexia, y quienes se sienten atrapados en una situación difícil, pueden tener la sensación de no tener más opciones que quitarse la vida.

La realidad es que ellos no quieren terminar con sus vidas, quieren terminar con sus problemas, y creen que quitándose la vida lo van a lograr.

Es fundamental que como sociedad podamos tomar medidas preventivas para poder observar con anticipación posibles conductas disruptivas. Es necesario tener mucho más en cuenta la educación sobre la salud mental en las escuelas, teniendo en cuenta todos los problemas que un adolescente vive. Las escuelas que trabajan en espacios de convivencias junto con los estudiantes suelen tener mucha mejor respuesta de ellos ante situaciones de crisis, ya que para los adolescentes el grupo de pares es muy importante.

Es muy valioso también que las familias estén presentes. Muchas veces, algunas problemáticas adolescentes se ven como temas menores porque “es cosa de chicos” y realmente para ellos es su vida, en especial cuando se trata de problemas relacionales con sus pares. No hay problemas “menores”. Es trascendental escucharlos, ya que generalmente frente a la idea suicida se dan señales verbales.

En muchas ocasiones cuando alguien dice “me quiero matar” o frases por el estilo, no es solo un drama adolescente o una forma de llamar la atención, hay un mensaje que es necesario escuchar. No es cierta esa creencia popular que dice que quien lo dice no lo hace, quien está pensando en el suicidio, generalmente, está muy desesperado y no quiere hacerlo, por lo que suele dar muchas señales previas.

Además, es importante que se creen espacios en donde se puedan abordar estas problemáticas de forma más abierta, sin tabúes ni juzgamientos. Se puede hablar de suicidio, existe el mito de que no se puede decir esa palabra, ya que eso puede alentarlos a hacerlo, y esto hace, muchas veces, que haya cosas que no se hablen abiertamente, que queden bajo la niebla y no se puedan mencionar. Cuando algo se habla abiertamente hay menos posibilidades de interpretaciones personales, y es sano para alcanzar una mejor comunicación. Lo que no se habla, pareciera que no existe, y si no existe no se puede tener presente para trabajarlo.

La presencia de la muerte en la mente de un adolescente es muy habitual y conviene que los padres, estén pendientes, como en muchos otros temas que rodean la adolescencia como drogas o alcohol, entre otras.

La muerte les produce inquietud y curiosidad, indagan y buscan imágenes sobre autolesiones en internet, comparten su sufriry buscan ayuda en las redes. Muchos de ellos se angustian con un diálogo interno autodestructivo “nadie me quiere, no le intereso a nadie, si no existiera nadie lo notaría” y pueden llegar a pensar que lo mejor es quitarse la vida.

Por lo tango hay ciertas señales que es preciso tener presentes, para prevenir situaciones críticas, por ejemplo, cuando un adolescente habla mucho sobre el suicidio o la muerte en general, o dan a entender que posiblemente no estén mucho tiempo presentes, cuando hablan de desesperanza, cuando se los ve más solitarios, alejados de sus amigos, cuando escuchan canciones, hacen dibujos o escriben poemas o cartas sobre la muerte, cuando no tienen deseos de ir al colegio (más allá de los naturales) o cuando algún otro adolescente de sus amigos o escuela, practicó o tuvo intentos, de suicidio.

Frente a la preocupación frente a un adolescente en riesgo, conviene tomar el asunto en serio y hablar con ellos inmediatamente. Ante cualquier duda, o frente a conductas disruptivas, es importante buscar la ayuda profesional, EL SUICIDIO ADOLESCENTE NO ES UN JUEGO.

*(MN: 66869), Dr. en psicología, docente, tallerista y autor

@calvoflavio

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