Por Matías Jalil
Hoy ya nadie discute el rol preponderante que tienen las pymes en la economía nacional y mundial. Si bien puede haber diferentes matices entre países, se sabe que las pymes representan más del 90% del total de empresas, que son responsables de más de la mitad del producto bruto a nivel mundial y que emplean a 7 de cada 10 trabajadores.
En un mundo que atraviesa una seria crisis financiera con niveles de inflación no vistos en 40 años, fuertes subas de tasas en los últimos meses y casos recientes de entidades bancarias con riesgo serios de default, tanto los costos productivos como los de financiamiento han subido precipitadamente para todo el arco empresarial. Ello lleva a que el acceso al financiamiento se haya dificultado y que por consiguiente el costo del endeudamiento se haya incrementado, sobre todo para las empresas de menor tamaño, cuya calificación de riesgo se vio empeorada.
Por otro lado, la logística tampoco escapa a la realidad que han sufrido el resto de los costos de producción. En Argentina, el índice de costo de transporte medido por FADEEAC para 2022 estuvo más de un 20% por encima del índice de inflación de precios minorista. En el resto del mundo la situación es similar: las subas de los costos del transporte a nivel global fueron superiores a los índices generales de precios promedio de las economías. A su vez, existen otras complicaciones derivadas de escasez de oferta de servicios y mano de obra que agravan aún más la situación.
Esto pone a las pymes ante el doble desafío de enfrentar un financiamiento cada vez más caro y de difícil acceso que dificulta las posibilidades de inversión y una logística también más costosa y complicada que atenta contra su competitividad. En ese sentido, se ven obligadas a persistir en la búsqueda de alternativas que brinden sostenibilidad a su cadena de suministro y les permitan bajar costos.
Más tecnología, menos costos
La falta de procesos tecnológicos vuelven lento, costoso e ineficiente a las pymes, dejándolas expuestas ante la pérdida de clientes que eligen a la competencia.
La logística no está exenta al rol clave que juega la tecnología. En este sector la implementación de las últimas herramientas agiliza tareas, permiten procesar mayores volúmenes y mejora el servicio en función de la experiencia del cliente permitiendo reducir riesgos o posibles problemas.
El acceso a tecnologías aplicadas, en este caso en la logística, permite bajar costos de transporte y distribución sin necesidad de endeudamiento ni inversión. Es un verdadero igualador de oportunidades para empresas de menor tamaño y una gran ayuda para mantener la estabilidad del comercio y de la economía global.
La importancia de estas radica en llevar al máximo nivel de rendimiento los procesos de inventario, almacenaje, transporte, entre otros. De esta forma se obtienen dinámicas mejores en los tiempos de trabajo para el área logística de una empresa, así como también una considerable eliminación de los errores humanos.
Varias empresas tienen la posibilidad de optimizar sus procesos de suministros, mejorar la satisfacción del cliente y cuidar el medio ambiente bajando sus costos gracias a soluciones que agilicen las operaciones conectando múltiples canales y puntos de contacto en una única plataforma, con una interfaz intuitiva y sus funciones personalizables. Se trata de una solución creativa con alto contenido tecnológico ideal para empresas que buscan mantenerse a la vanguardia en el actual mundo digital.
En suma, contar con tecnología aplicada, permite a las empresas ser competitivas e incluso acceder a otros negocios ampliando sus ventas y asegurándose poder cumplir con la entrega y distribución del producto, optimizando su negocio frente a demandas cada vez más exigentes. La optimización logística garantiza la eficiencia, con un buen servicio al cliente final y el máximo aprovechamiento del tiempo e inversión del negocio.
Algunas de estas herramientas que ofrecen soluciones son: control de stock, almacenamiento on demand, tablero de comando y métricas, integración de operadores, simplificación de la operación y administración, utilización de carrier más eficiente y menos contaminantes, etc
Como dijimos anteriormente, estos mecanismos funcionan de “igualador de oportunidades” a través de la inclusión tecnológica para que pequeñas y medianas empresas no sólo puedan competir de igual a igual ante las grandes compañías sino también estar a la altura de poder abastecerse y abastecer a empresas mayores con estándares cada vez más exigentes como son los que solicitan empresas globales del mercado internacional.
Matías Jalil es CEO y cofundador de Qubik.