El Tribunal Oral N° 2 le impuso 8 años y medio de prisión a Darío Cáceres, líder de “La Fiel”, por estar a la cabeza de una banda narco que traficaba casi 1300 kilos de marihuana en bolsas de aserrín desde Corrientes hasta Córdoba. También sentenció a un cómplice. Con el juicio anterior, en total hubo 15 condenados.
Darío Ramón Cáceres, jefe de "La Fiel" (barrabrava de Talleres), fue condenado este miércoles en Córdoba a 8 años y medio de prisión por haber liderado una banda narco que traficaba casi 1.300 kilos de marihuana desde Corrientes hasta Córdoba y que terminó con otros 14 sentenciados.
La investigación que tuvo a cargo del fiscal N° 1, Enrique Senestrari, y el juez N° 2, Alejandro Sánchez Freytes, fue una de las más renombradas en los últimos años, por el volumen de droga y la cantidad de implicados en la estructura.
Condena para el jefe de La Fiel En Córdoba
Por unanimidad, el Tribunal Oral Federal N° 2, integrado por José Fabián Asís (presidente), Julián Falcucci y Noel Costa, halló culpable a Cáceres, mandamás de la barrabrava de Talleres, del delito de organización y venta de estupefacientes.
De esta forma sumó su segunda pena, ya que en 2019 había sido condenado por postear en Facebook expresiones de “amenazas” e “incitación a cometer delitos” en perjuicio del presidente de la “T”, Andrés Fassi, y de otros miembros de la Comisión Directiva.
También condenó a siete años de prisión al correntino Daniel Medina Ramírez y absolvió a su coterránea, Claribel Georgina Alexandra Espíndola, novia de Manuel Alejandro “Chaito” Benítez, otro de los 13 condenados, de forma separada, durante un juicio abreviado acordado con el fiscal general Carlos Gonella.
En la audiencia anterior, Cáceres había sostenido su inocencia cuando señaló que lo habían acusado “solo” por “ser el jefe de La Fiel” y que la Policía había mentido y exagerado pruebas en su contra.
Sin embargo y al regreso del cuarto intermedio, los jueces lo condenaron a 8 años y medio de prisión, pena similar a la que había solicitado el fiscal Gonella (nueve años y seis meses), y siete años para Medina Ramírez (la fiscalía había pedido siete años y medio).
Por su parte, también fueron condenados otros 13 imputados y el fiscal en el juicio abreviado anterior.
De esta forma, los 13 imputados admitieron los hechos y el TOF2 condenó a Sergio Omar “Tomate” Busso (integrante de la barra de la “T”) a ocho años, Cristian Ramón Chávez Reyes, Maximiliano Romero y Ramón Horacio Núñez a cuatro años de prisión; a Ángel López y Leandro Vallejos, a cuatro años y ocho meses; y a Ángel Emmanuel Valdez, a cinco años.
A su vez, también fueron sentenciados Claudio Ezequiel Gómez, Juan Ignacio “Rambo” La Costa, Rita Andrea “Pato” Cabral y Benítez a seis años. Sin embargo, por una pena anterior, la condena para Cabral quedó fijada en seis y dos meses, mientras que la de Benítez se elevó a 16 años y medio (por una condena previa).
Finalmente, Carlos Horacio “Gusy” Páez (otro barra) y Mauro Alejandro “Tuerto” Peralta (mano derecha de Cáceres) recibieron ocho años de prisión cada uno.
Una causa que comenzó por una línea “caliente”
La línea “caliente” de “Gusy” Páez fue el disparador. Las intervenciones telefónicas realizadas a su teléfono celular derivaron en la investigación posterior por narcotráfico.
Los investigadores pudieron determinar un plan coordinado para la “bajada” de los estupefacientes desde el Litoral con distintos peldaños de responsabilidades y roles que tuvieron su corolario en la incautación en Córdoba en febrero último.
En las escuchas a la línea de Páez surgieron comunicaciones con Busso en torno a posibles conexiones con el narcotráfico y al abastecimiento de drogas.
Esto produjo el desglose de la causa original y la apertura de la investigación. “Gusy” habría mantenido diálogos con un empleado de la Municipalidad de Córdoba y con otras personas en torno a negocios de narcotráfico y su posible conexión con el rol de integrantes de La Fiel.
En otras de las conversaciones con Páez, Peralta habló de “negocios” y mencionó su vinculación con el propio Páez, Busso y Cáceres: “Yo, con vos, el Omar y el Darío, nadie más. Somos una banda”.
Los presuntos contactos del jefe de La Fiel con el mundo de las drogas en el norte del país generaron sospechas sobre posibles “negocios” relacionados con estupefacientes. Cáceres siempre negó cualquier vínculo con el narcotráfico y remarcó que el día del secuestro del cargamento él se encontraba en Brasil.
Para hacerse de la droga, “Pato” Cabral actuó como “puente” entre la banda de Cáceres y otra célula delictiva dedicada al narcotráfico: “Rambo” La Costa, Gómez y Benítez.
Benítez tuvo reuniones con Núñez, Medina Ramírez, Vallejos y Romero, todos presuntos proveedores de marihuana de Corrientes, para establecer el precio de la droga, la cantidad y la calidad, y la forma de transporte y posterior entrega.
Los integrantes de La Fiel habrían comprado droga a los correntinos por 45 millones de pesos (que habría provenido de Paraguay, originalmente) a través de las gestiones de “Pato”, La Costa, Gómez y Benítez (condenado en otra causa por homicidio y robo).
La droga partió de Corrientes a Córdoba en un camión Iveco y camuflada entre 100 bolsas de aserrín. Finalmente las maniobras fueron descubiertas por los investigadores y los implicados fueron detenidos (solo uno se profugó y no hallado).