Carlos Quirno dio su versión sobre lo ocurrido en la casa de Claudia Schaefer.
"Vi que el cuerpo se movía, pero no sabía si era movimientos de ella defendiéndose o por los golpes de Farré. Advertí que la tenía debajo suyo y el movimiento del brazo derecho de Farré, como dándole golpes en el cuerpo", recordó el abogado Carlos Quirno al referirse a lo que observó cuando llegó a la ventana del vestidor de la casa del country Martindale, a la que había concurrido para acompañar Claudia Schaefer a una reunión con su esposo, Fernando Farré.
Quirno fue testigo del horror. Instantes después de ese primer golpe de vista, el abogado recordó que amplió su visión y vio sangre. Entonces, se dio cuenta que esos movimientos podían ser con cuchillos, no golpes, porque había mucha sangre. Advirtió que ahí había ocurrido un desastre. En ese momento, el testigo confirmó que la estaban matando, según consta en la declaración que hizo ante la fiscal de Pilar, Carolina Carballido.
Esta declaración figura entre los fundamentos que utilizó el juez de Garantías de Pilar, Nicolás Ceballos, al dictar la prisión preventiva para Farré, quien fue acusado por su presunta responsabilidad en el "homicidio doblemente calificado por el vínculo y por haber mediado violencia de género". En su declaración, de 15 páginas, el letrado recordó que tuvo mucho miedo, porque vio una cara ensangrentada que miraba hacia afuera y "seguía haciendo lo que estaba haciendo. Fue mirar y seguir dándole golpes".
Agregó que estaba junto a la madre de Farré y que el acusado "los miró y siguió, no fue como alguien que se rindió. A pesar de tener a alguien que lo miraba, seguía con esos movimientos, ni siquiera paró de hacer lo que estaba haciendo".
Según la fiscal al pedir la preventiva de Farré, el testimonio del abogado Quirno coincidió con los dichos de la letrada Andrea Frencia, quien afirmó que cuando el 21 de agosto pasado, llegaron a la casa del lote 7, vio al acusado pasar por la cocina donde le hizo un té para ella y la madre.
Quirno, dijo que llegó a las 11.15. En ese momento, Schaefer tocó el timbre de la puerta principal y Farré los hizo entrar por la cocina, porque dijo que "no tenía las llaves de la puerta principal o estaba rota". Este detalle fue tomado por la fiscal como el elemento que indicaría que Farré habría tenido la oportunidad de pasar por la cocina y tomar los dos cuchillos de mango verde y blanco y llevarlos al vestidor de la habitación.
"Entramos por la cocina. Estaban Andrea, la abogada de la otra parte y una señora grande paradas en el living. Cuando Claudia saludó a la señora se dio vuelta y la vi avanzar con la valija hacia adentro de la casa, fue la última vez que la vi viva", recordó el abogado. Hasta ese instante las coincidencias entre los dichos de la abogada de Farré y el letrado que representaba a Schaefer.
Después, según Quirno, "habrán hablado no más de 30 segundos y ahí se empezaron a oír gritos muy difíciles de identificar. Se podía escuchar algo como 'así no vas a lograr nada'. Volví corriendo sobre mis pasos y la primera imagen que tuve fue la señora golpeando con el puño una puerta al fondo de un pasillo a la derecha. Ella gritaba 'Fernando no por favor, hacelo por mí. Abrí por favor'. Agarré el picaporte y lo rompí de la fuerza que hice, pero no pude entrar. El abogado recordó que en ese momento, se escucharon algunos quejidos de Schaefer, pero no se percibía ninguna señal de Farré.
Luego, el abogado fue a la ventana que le había señalado la madre de Farré y observó cómo el acusado apuñalaba a Schaefer. Al ver esa escena, la abogada de Farré se sacó los zapatos y comenzó a correr porque tenía miedo de que el empresario la matara también a ella.
Luego de la reconstrucción del hecho y de escuchar a los testigos, la fiscal consideró que: "Farré habría diseñado un plan para matar a su esposa, en una escalada de violencia vinculada, posiblemente al proceso de separación".
Luego de revisar el informe de los forenses que hicieron la autopsia en el cuerpo de Schaefer, que presentaba 74 heridas, la fiscal consideró que el atacante "habría actuado con crueldad excesiva, debido a que antes de matarla, la inmovilizó y provocó otras heridas previas, para causarle un dolor excesivo, demostrarle su poder y sometimiento". A partir de ahora, serán los psiquiatras y psicólogos quienes deberán determinar si Farré estaba ubicado en tiempo y espacio cuando el 21 de agosto pasado mató a su esposa, con lo que podría ser sometido a un juicio oral o, si no sabía lo que hacía y lo declaran inimputable, lo enviarán a un neuropsiquiátrico. (La Nación)