En Argentina no hay cárteles de drogas, pero sí operan seis células de narcotraficantes mexicanos.
Eso afirma la socióloga y experta en temas de narcotráfico Laura Etcharren, basado en una investigación de más de nueve años con fuentes y estudios propios, a falta de datos oficiales.
Según la información de Etcharren, en el noreste argentino hay presencia de los cárteles de Tijuana, Sinaloa y los Zetas. Esta área, fronteriza con Paraguay y Brasil, comprende las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones.
Mientras que en el noroeste, que colinda con Bolivia y Chile, habría presencia zeta, al igual que en la región del centro -entre las ciudades de Córdoba y Santa Fe, además de la capital Buenos Aires-, donde Los Zetas operan con fusión local.
De acuerdo con la investigación de Etcharren, en Argentina también hay presencia de células o individuos relacionados con el narcotráfico colombianos, así como bandas peruanas y paraguayas.
“En el año 2008 hay un punto de inflexión. Aparece la necesidad de crear, por parte de organizaciones mafiosas locales, un mercado interno de drogas sintéticas no dependiente del mercado internacional. La efedrina, como precursor químico, es funcional a esa apertura y consolida, por tráfico, las relaciones con México”, dijo la investigadora en entrevista.
“La laxitud de la inteligencia argentina, la debilidad y falta de capacidad de las fuerzas de seguridad –más allá de los nichos de corrupción– y cierta impunidad de los estratos judiciales posibilitan esta paulatina presencia y actuación”, coincidió Claudio Stampalija.
Aunque el redactor de la Comisión de Seguridad del Observatorio de Prevención del Narcotráfico y director del Centro de Estudios para la Prevención del Delito de la Universidad de Belgrano señaló que no se tienen datos oficiales que den magnitud de las narcorelaciones mexico-argentinas.
Éstas estarían fundamentadas en las drogas sintéticas, afirmó María de los Ángeles Lasa, doctora en Ciencias Políticas y Sociales y especialista en temas de tráfico de cocaína y derivados.
Los mexicanos, detalló Lasa, se fijaron en Argentina buscando efedrina a partir de 2007, pues en territorio azteca se redujeron las importaciones para cubrir sólo la demanda de los laboratorios.
Sobre el avance del narcotráfico en el país sudamericano, Etcharren explicó que en Argentina se han ido presentando varias etapas que lo asemejan a la situación mexicana.
Es decir, comienza con pandillas, sigue con bandas de narcotraficantes y podría terminar con la conformación de cárteles de drogas.
“Nosotros ya somos un país que consume y comercia. Y estamos en la etapa real del macro mercado, en lo que es su génesis o columna vertebral, el lavado de dinero, puesto que la droga, para estas mafias, es sólo un medio ya fundamental para el circuito”, opinó la socióloga.
Sin embargo, la politóloga Lasa advierte una diferencia entre ambos países.
“No creo que Argentina se esté ‘colombianizando’ o ‘mexicanizando’. Creo, por el contrario, que Argentina se está ‘argentinizando’. Es decir, está desarrollando un modelo propio con características particulares. México comparte una extensa frontera con el consumidor de cocaína más grande del mundo (EU); Argentina, no. Colombia y México tienen cárteles; Argentina, no”, argumentó la politóloga.
Aunque ambos países sí han demostrado parecidos durante este año, pues, con poco tiempo de diferencia, celebraron la captura de famosos criminales fugados.
Entre el 9 y el 11 de enero, después de que en México fue recapturado Joaquín “El Chapo” Guzmán, Argentina hizo lo propio al reaprehender a tres acusados –Martín Lanatta, Cristian Lanatta y Víctor Schillaci– de un multihomicidio en 2008, caso en el que se presume hubo de por medio comercio de efedrina al Cártel de Sinaloa.
Ante ello, el narcotráfico es una de las principales preocupaciones del actual Gobierno, al menos en el discurso.
Mauricio Macri ha destacado el tema como uno de los tres ejes fundamentales de su gestión, junto a conseguir pobreza cero y unir a los argentinos tras elecciones polarizadoras. Incluso, a finales de enero el Presidente decretó una Emergencia Nacional en Seguridad Pública por el lapso de un año.
FUENTE: MUNDO HISPÁNICO