Hoy comienzan los alegatos en el juicio a A.C.M, el joven de 18 años que estuvo prófugo casi cinco meses tras golpear y dejar internado desde hace casi un año al playero oriundo de la ciudad correntina de Curuzú Cuatiá, Arturo López (67).
Fuentes judiciales precisaron que el fiscal Penal Juvenil Mauro Tereszko, quien también estuvo a cargo de la investigación del caso, intentará persuadir al Tribunal de encuadrar los hechos como “tentativa de homicidio con dolo eventual” en perjuicio de Arturo López (67) y solicitará la prisión del joven, que actualmente está con arresto domiciliario. Mientras tanto, la querella, representada por Miriam Luna, abogada y madre de Agustina y Florencia, hijas de la víctima, adelantó que adherirá a la acusación de la fiscalía.
Mañana, tras los alegatos de los acusadores y de la defensa oficial, será el momento del veredicto de responsabilidad Penal Juvenil, a cargo del juez Villanueva. Según las fuentes, tras este paso, llegará la cesura del juicio (imposición de pena) que dependerá de la calificación legal escogida por el magistrado.
Al respecto, la tentativa de homicidio prevé una pena de entre 3 y 12 años de prisión, pero podría ser disminuida por la condición de menor de edad del acusado al momento del hecho.
En la contraparte pesa el hecho de que las lesiones sufridas por López son de características neurológicas irreversibles (afasia), por lo que el acusado podría recibir de manera subsidiaria el delito de lesiones gravísimas.
Cabe recordar que el hecho ocurrió el 19 de noviembre del año pasado en un garaje ubicado en la calle Moreno al 800, pleno microcentro porteño. De acuerdo con lo que se observa en las cámaras de seguridad del estacionamiento, A.C.M. le propinó un golpe de puño en la cara y lo dejó inconsciente. El motivo: el cliente encontró su auto rayado y quería una explicación del playero.
En los videos se ve cómo el agresor, acompañado de su madre y sus dos hermanos, le recriminó al empleado por lo que supuestamente le ocurrió a su vehículo. Caminaron hacia la cabina de cobro y de un momento a otro, lo golpeó de lleno en el rostro.
La víctima cayó inconsciente en el piso sin tener tiempo de defenderse. Su cabeza golpeó contra el piso. Segundos después, se acercaron los propios familiares del agresor a auxiliarlo porque el hombre apenas se movía. La mamá y el hermano movieron a la víctima y le arrojaron un poco de agua para lograr que recuperara la conciencia.
Los intentos por reanimarlo fueron en vano. De pronto, apareció en escena nuevamente el violento, quien sólo se acercó a su víctima y la miró a distancia. Detrás suyo apareció un efectivo de la Policía de la Ciudad, de la Comisaría Vecinal 1D. Luego, una ambulancia del SAME lo trasladó a la clínica ITEBA, donde quedó internado con un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento. En concreto, sufrió hematomas, edemas y una hemorragia cerebral que casi lo matan.
A partir de ahí, la historia se tornó todavía más dramática.
Debido a la lesión, Arturo debió someterse a un proceso de rehabilitación para luchar contra las secuelas neurológicas que le dejó el golpe. Desde hace casi un año, la vida de la familia de la víctima cambió por completo y tanto su ex mujer como sus dos hijas, están abocadas al cuidado del hombre y las visitas casi diarias en la clínica porteña en la que está internado.
Sus hijas contaron en varias entrevistas que ha mostrado avances, pero siempre se encargaron de aclarar que saben que no será nunca más la misma persona. López hoy va al gimnasio y hace terapia ocupacional. Si bien puede mantener una conversación, en ocasiones se muestra algo desorientado y de repente pierde el hilo conductor de la conversación. Su recuperación sigue pero la vida del playero cambió para siempre.
Pero el dolor fue doble. Después del ataque, A.C.M. desapareció y se mantuvo prófugo -con la complicidad de su familia- durante cinco meses. A finales de abril, el violento se entregó a la Justicia y fue derivado al Instituto de Menores Belgrano.