El procedimiento se concretó sobre Ruta Nacional 14, en cercanías al Paraje "Cuay Grande". El detenido, un joven de 23 años, venía desde la ciudad misionera de Iguazú, hacia la provincia de Buenos Aires. El cargamento está valuado en más de cinco millones de pesos.
Un joven de 23 años fue detenido ayer por la Gendarmería Nacional, luego de que le descubrieran un cargamento de alrededor de 30 kilos oculto en distintas partes del automóvil en el que circulaba. Un perro especializado en detectar narcóticos fue el primero en marcar el lugar del estupefaciente y puso fin a otro millonario tráfico en la zona de frontera.
El exitoso procedimiento se logró gracias a la narices de "Paco", un perro Pastor Belga, raza Malinois, que es la nueva incorporación canina de la fuerza federal, para trabajar en zona de alto tránsito de estupefaciente, con alto rendimiento en la detención de narcóticos.
El operativo se concretó en la mañana de ayer, en inmediaciones al Paraje "Cuay Grande", por Ruta Nacional 14, donde los efectivos del Escuadrón 57 "Santo Tomé" tiene emplazado un puesto de vigilancia y control vehicular.
Hasta allí llegó un automóvil Renault Fluence de color gris, al mando de un joven de 23 años, quien al notar la presencia de los uniformados, de inmediato se mostró sumamente nervioso. Los uniformados comenzaron a solicitarle la documentación del auto y las personales, cuando advirtieron el comportamiento errático del conductor. El sujeto venía desde la localidad misionera de Puerto Iguazú y se dirigía hacia la provincia de Buenos Aires.
Resultó que el nerviosismo del conductor del automóvil tenía justificación, ya que "Paco", a segundos de iniciado su tarea de rastreo, marcó a su sargento guía, la presencia de gran cantidad de estupefaciente. La droga viajaba bien escondida, oculta entre el paragolpe trasero del vehículo, además de otros lugares. Los gendarmes ya habían notado cierta anomalía en la estructura del auto en una primera inspección visual.
El detenido es oriundo de la provincia de Buenos Aires y no opuso resistencia al procedimiento. El vehículo fue trasladado por orden del juez federal de Paso de los Libres, hacia la sede del Escuadrón 57 en Santo Tomé, donde los especialistas comenzaron a desarmar en la zona que había marcado "Paco" la presencia de la droga.
Lo primero en desmantelar, fue el paragolpe trasero, donde de inmediato quedaron a la vista decenas de "ladrillos" prensados de marihuana. Así fueron revisando distintos lugares del vehículo, que fue acondicionado para poder ocultar el estupefaciente.
Según la información a la que tuvo acceso época, fueron en total 69 paquetes con un peso total de 30 kilos de picadura de marihuana, con un valor en el mercado, que rondaría los $5.400.00 según estimaciones oficiales.
Durante el procedimiento, los gendarmes incautaron además un teléfono celular, propiedad del joven que transportaba la droga, además de otros elementos de interés para la causa. El detenido, cuya identidad no fue revelada, quedó en calidad de incomunicado por orden judicial.