Lo dispuso el juez federal Sergio Torres. Los fondos de una arrocera, una estancia y el “campo del porteño” en territorio correntino servían de acopio de la marihuana que llegaba de Paraguay. Tres mujeres dieron la pista.
Los fondos de una arrocera, una estancia sobre la ruta nacional N° 12, que tiene salida al río Paraná y un predio identificado en escuchas telefónicas como “el campo del porteño” son los tres lugares estratégicos elegidos por una poderosa banda de narcotraficantes para almacenar los grandes volúmenes de marihuana que ingresaban en la Argentina desde Paraguay por la ciudad de Itatí y sus zonas cercanas, para distribuirse desde Corrientes al resto del país.
Así lo sostuvo el juez federal porteño Sergio Torres en una reciente resolución en la que procesó con prisión preventiva por tráfico de estupefacientes a 24 presuntos integrantes de esa organización criminal.
La investigación de Torres y los agentes de inteligencia de la Gendarmería comenzó el 16 de mayo de 2014, cuando quedaron bajo la lupa judicial tres mujeres acusadas de vender drogas en un pasillo de la villa 21, de Barracas, consignó el periodista Gabriel Di Nicola en una nota publicada en la edición de ayer del diario La Nación.
Dos años después, la pesquisa puso al descubierto no solo cómo ingresa la marihuana en la Argentina por Itatí, una de las zonas calientes del contrabando, sino también cómo operaba esta banda narco que, incluso, había instalado una trampa explosiva para proteger una cocina de cocaína, en San Vicente.
“La profundización de la investigación permitió averiguar que quienes se dedicarían a la venta al menudeo de droga en la villa 21 serían provistos del estupefaciente por hombres, uno apodado Pelé y el otro Paky”, sostuvo el juez Torres en la resolución del procesamiento, al que tuvo acceso el periodista del matutino porteño.
Según consta en el expediente, los investigadores lograron identificar a Paky e intervinieron una línea telefónica que este sospechoso utilizaba de forma constante.
“Se detectaron diversas llamadas que sugerían, en principio, su vinculación con el tráfico ilícito de estupefacientes en mayor escala, como también indicaban la distribución de precursores químicos para la elaboración de esas sustancias”, según consta en la resolución firmada por el juez federal.
Paky, identificado por fuentes judiciales como Catalino Frutos Benítez, quedó preso el 26 de junio de 2015 y está a la espera de un juicio que estará a cargo del Tribunal Oral en lo Federal (TOF) N° 1. La investigación continuó y se estableció su contacto asiduo con una persona identificada como Juan Domingo Villar, alias Juancho o Juanchi .
“Se pudo ahondar el conocimiento de las actividades que vinculaban por aquel entonces a Villar con un vasto grupo de individuos dedicados a la comercialización de drogas y precursores químicos en cantidades considerables, distribuidos en distintos puntos del país”, sostuvo el juez Torres en su resolución.
Según se desprende del expediente, se descubrieron distintas células dedicadas al negocio ilegal de las drogas y se logró ubicar a otro sospechoso estrechamente vinculado con Villar, conocido en este expediente por el alias de Dany. Las escuchas telefónicas y las tareas de campo realizadas por agentes de inteligencia de la Gendarmería pusieron uno de los focos de investigación en Itatí, ciudad que se transformó en la puerta de entrada de la marihuana en la Argentina.
“Una vez introducida en la costa argentina, es decir, en la ciudad de Itatí o en sus inmediaciones, se ha descubierto hasta el momento que la droga era almacenada en tres lugares: uno de ellos, el fondo de una planta arrocera, donde hay un lugar especialmente acondicionado para la guarda de la marihuana. La droga también era bajada en una estancia. Ambos predios están sobre la ruta nacional N° 12 y a la vera del Paraná, donde los traficantes dejan el cargamento [de cannabis]para que sea acarreado hasta el lugar de acopio”, afirmó el juez Torres.