Tras el siniestro vial del músico Diego Gutiérrez, reabrieron oficina de transporte urbano chocada

En horas de la mañana de este lunes, tras reparar los daños producidos por el siniestro vial del pasado sábado, reabrió sus puertas la oficina de la empresa Miramar, en la esquina de 9 de Julio y Salta. Allí, se realizan trámites administrativos del servicio urbano del transporte. En el lugar, el sábado pasadas las 9, el músico Diego Gutierrez protagonizó un choque de consecuencias. De haber ocurrido eso durante un día laboral como hoy, probablemente hablaríamos de una tragedia. 

El cho­que vio­len­to en­tre un au­to­mó­vil, con­du­ci­do por el mú­si­co Die­go Gu­tié­rrez, y una ca­mio­ne­ta pro­vo­có el sábado en el cen­tro de la ciu­dad de Co­rrien­tes se­rios des­tro­zos en los ve­hí­cu­los y en el fren­te de una ofi­ci­na co­mer­cial, ade­más de le­sio­nes le­ves en una mu­jer.

Lue­go del si­nies­tro vial, el mú­si­co se ne­gó a re­a­li­zar el test de al­co­ho­le­mia an­te ins­pec­to­res de trán­si­to y, de ma­ne­ra pre­ven­ti­va se­gún ex­pli­ca­ron fuen­tes po­li­cia­les, lo con­du­je­ron en un pa­tru­lle­ro a la co­mi­sa­ría Pri­me­ra.

El in­ci­den­te de trán­si­to tu­vo co­mo es­ce­na­rio a la in­ter­sec­ción de ca­lles Sal­ta y 9 de Ju­lio. Po­co des­pués de las 8:30 del sábado un Ford Fies­ta co­li­sio­nó el cos­ta­do de­re­cho de una pick up Isu­zu.

Co­mo con­se­cuen­cia del “en­con­tro­na­zo”, los dos ve­hí­cu­los ter­mi­na­ron so­bre la ve­re­da. De­rri­ba­ron un car­tel se­ña­li­za­dor y ti­ra­ron aba­jo par­te de la mam­pos­te­ría y tol­do de una bo­le­te­ría de la em­pre­sa de trans­por­te ur­ba­no de pa­sa­je­ros de las lí­ne­as 101 y 110.

Afor­tu­na­da­men­te no ha­bía pe­a­to­nes en ese sec­tor de la es­qui­na. De igual ma­ne­ra, una mu­jer de 34 años, de ape­lli­do Gon­zá­lez, que iba en el asien­to tra­se­ro del au­to, ne­ce­si­tó de asis­ten­cia mé­di­ca a cau­sa de gol­pes le­ves.

Ade­más de Gu­tié­rrez y Gon­zá­lez en el Fies­ta es­ta­ba un jo­ven que, al igual que el ar­tis­ta, re­sul­tó ile­so.

En cues­tión de po­cos mi­nu­tos al lu­gar co­men­za­ron a lle­gar ins­pec­to­res mu­ni­ci­pa­les, po­li­cí­as y a jun­tar­se nu­me­ro­sas per­so­nas que fue­ron tes­ti­gos de al­gu­nos re­pro­ches en­tre am­bos con­duc­to­res. La ca­mio­ne­ta es­ta­ba ocu­pa­da por un hom­bre de ape­lli­do Rey.

De acuer­do a la in­for­ma­ción re­ca­ba­da por épo­ca, Rey ac­ce­dió a re­a­li­zar­se el test de al­co­ho­le­mia. “Dio ne­ga­ti­vo”, se­ña­ló un ins­pec­tor. En cam­bio, Gu­tié­rrez, de 29 años, se opu­so al exa­men y fue tras­la­da­do en el mó­vil 114 de la Po­li­cía rum­bo a la sec­cio­nal Pri­me­ra que in­ter­vie­ne en el he­cho.

La mu­jer, en tan­to, fue co­lo­ca­da so­bre una ca­mi­lla an­tes de ser lle­va­da en am­bu­lan­cia rum­bo al Hos­pi­tal Es­cue­la. “No pre­sen­ta com­pli­ca­cio­nes”, aña­dió una de las fuen­tes re­que­ri­das.