Aunque el año no arranca del todo para los principales actores del gobierno provincial, demorados todavía en retomar plenamente sus funciones, como si no pasara nada importante en esta geografía, las especulaciones sobre las fechas que elegirán dar batalla electoral ocupan las primeras elucubraciones.
En esta oportunidad el escenario de parlamentarias resulta distinto, a pesar que episodios similares ya fueron afrontados con éxito por las huestes radicales y cualquier especulación resulta verosímil.
Lo importante es saber cuál es el juego de cada actor de poder, más allá que Junio u Octubre no hace diferencias para el votante común en una provincia que supo tener cuatro elecciones al hilo, resignada a no escuchar alguna cosa interesante en las noticias, más allá del cronograma de pago que sale por tweet.
El Gobernador Valdés expresa un rol alineado a Buenos Aires, amistad ampliamente publicitada con Marcos Peña y Rogelio Frigerio, como todos aquellos mandatarios que conforman el germen de la nueva derecha argentina y se reportan con el Presidente Macri.
Los teóricos del desdoblamiento arguyen que habría un papel a la firma convocando las provinciales para Junio donde el primer mandatario se desprenderá de las temidas presidenciales buscando aire antes que las papas quemen. La imagen de Macri no remonta pese a la brisa de fin de año que paró momentáneamente su caída en las encuestas.
Quienes piensan que Valdés preferirá sumar a la reelección de Macri compran pochoclos esperando la reacción de Ricardo Colombi. Este afina el brete de las candidaturas para acomodar legisladores a su gusto y paladar negro. Nadie sabe si este tema también está en tenso armisticio.
La fecha de sufragio siempre es decisión del Gobernador aunque los laberintos legislativos, donde el mercedeño es patrón, siempre reservan secretos que pueden salir a la luz nuevamente porque el público se renueva.
Si las elecciones resultan antes que las presidenciales ECO tendría la chance de mejorar su performance electoral sacándose de encima el desgaste nacional. Caso contrario, quedará demostrado el viejo refrán que “billetera mata galán”. Resultaría imprevisible para las alicaídas arcas del tesoro provincial dejar despechado al macrismo después de tantas muestras de afecto y tanta sintonía en los negocios que interesan.
Los acomodos del cronograma electoral para manejar la fecha conveniente al oficialismo son un clásico para los jefes territoriales, el tema en Corrientes es que existe en el sillón de Ferré un poder delegado, con stopper parlamentario.
Así las cosas, cualquiera de las opciones tiene un tiempo adecuado de ejecución mientras se acerca inexorablemente octubre. Valdés tendrá en sus manos el destino de la alianza gobernante y su propia gestión de gobierno en senderos diferentes. A los lados, solo existe el abismo cociendo a fuego lento una venganza que buscan servir en plato frío los desplazados. Justo a mitad de año.
