En 2001 la Alianza cayó por 13 puntos a nivel nacional. En el 97’, Menem perdió por menos de los 8 puntos de la elección de este año. Peronismo en retroceso en la Provincia y la lectura según la cual no hubo remontada.
Más allá de la celebración de la remontada que instaló el Frente de Todos tras el resultado de las urnas del último domingo, los antecedentes muestran que Alberto Fernández es el presidente con la derrota más abultada en unas elecciones de medio término después de Fernando de la Rúa.
Desde el retorno de la democracia hay varios casos de mandatarios que perdieron elecciones legislativas, sin embargo, para algunos el impacto fue mucho más notorio que otros. El más fuerte fue el del gobierno de la Alianza, en 2001, cuando la sumatoria nacional de los votos del espacio que integraban la UCR y el Frepaso llegó solo al 22%. El PJ, sin un liderazgo nacional claro, alcanzaba el 35%. Una diferencia de 13 puntos. Esa elección, además, es recordada por el "voto bronca”, ya que los nulos y blancos fueron récord e incluso superaron a las listas más votadas en la Ciudad.
Tanto Raúl Alfonsín como Carlos Menem también perdieron elecciones legislativas, y en 2009 y 2013 Cristina Kirchner sufrió duros golpes en la provincia de Buenos Aires pero logró salvar la situación en el balance nacional. Alberto Fernández los superó a todos. Perdió en territorio bonaerense y por más de 8 puntos (según el escrutinio provisorio) en el conjunto nacional: 42 de Juntos por el Cambio contra 33,6 del Frente de Todos.
La primera legislativa desde el retorno de la democracia fue en 1985, elección que logró ganar la UCR liderada por el presidente Alfonsín. Recién en 1987 vendría su primer traspié, con una dura derrota en provincia de Buenos Aires y un resultado nacional de 41,3% para el justicialismo y 37,2% el radicalismo (-4,1). Compensó con triunfos en Capital Federal y Córdoba.
Dos años después, Menem lograría la Presidencia y se quedaría con triunfos tanto en 1991 como en 1993. Recién en la siguiente a la reelección del 95’, en las legislativas de 1997, perdería contra la incipiente Alianza. Todavía con divisiones, la coalición alcanzaría el 43,9% (si se cuenta al partido con más votos en los lugares donde fueron divididos) versus 36,3% del menemismo.
Durante el kirchnerismo, Néstor logró ganar en 2005, elección en la que se independiza de Eduardo Duhalde. Ya en 2009 sufre el primer golpe, cuando el propio ex presidente pierde la elección legislativa en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, en el balance nacional terminó en un virtual empate con el Acuerdo Cívico y Social, que conformaban los radicales, Elisa Carrió y los socialistas. El Frente para la Victoria llegó a 27,5% y el ACyS a 26,5%. La tercera fuerza en discordia fue Unión PRO, que ganó en Provincia y CABA y sumó un poco más del 20% nacional.
En 2013 volvería a perder el kirchnerismo en una legislativa en la provincia de Buenos Aires (contra el Frente Renovador de Sergio Massa) por casi 12 puntos de ventaja. Sin embargo, la dispersión opositora le permitió al kirchnerismo ser el espacio más votado a nivel nacional: sacó el 31,8% contra el 22,9% de todo un universo que se calificaba mediáticamente como panradicalismo (UNEN en CABA y Frente Progresista en la Provincia).
Más cerca en el tiempo, Mauricio Macri consiguió un triunfo en la elección de medio término. En el balance, tanto Alfonsín, Menem y De la Rúa empezaron a despedirse del poder tras esas derrotas legislativas.
¿Hubo remontada?
Estos son los números que quedarán graficados para la historia, más allá de las discusiones políticas entre derrotados que no se dan por vencidos y ganadores que tienen que explicar que ganaron.
Más difíciles serán las interpretaciones respecto a los movimientos de las fuerzas entre las PASO y las generales. La consultora Poliarquía, por ejemplo, empezó a circular un análisis que da cuenta de que la remontada del oficialismo no fue tal, sino que incluso tuvo una merma respecto a las PASO, caída que fue incluso mayor en el caso de Juntos por el Cambio.
Para ese análisis, sacaron el porcentual de los votos que hubiese recibido cada espacio político si no se contemplarán los votos de aquellos que no pasaron el 1,5% de los votos en las PASO. Dicho de otra forma, distribuyeron proporcionalmente esos votos entre todas las listas. Así, Juntos sacó un 43,7% en las PASO y 38,9% el Frente de Todos. El primero cayó 3,8 puntos (a 39,8%) y el segundo, 0,4 (38,5).
En esta perspectiva, el kirchnerismo pescó un poco menos de votos de lo que hizo en las PASO. Todos crecen en términos absolutos, pero los dos de arriba, porcentualmente, no pudieron captar a más votantes.
Peronismo en retroceso
El otro análisis que dejó el resultado de las urnas es que el peronismo, en todas sus versiones, tuvo el menor porcentaje de votos en la provincia de Buenos Aires también desde 2001.
Es una conclusión a la que llegó la consultora Synopsis que sumó los votos de todas las ofertas peronistas en las últimas elecciones. En 2001 fue del 37,6%, pero ya desde 2003 estuvo siempre por encima del 50%, al punto que en 2013 llegó al 76,2% (Massa sumó votos que no eran de extracción peronista también).
En todas las elecciones desde 2003 hubo dos o tres ofertas del peronismo en la Provincia. El otro punto más bajo había sido en 2017, cuando entre Cristina Kirchner, Sergio Massa y Florencio Randazzo sumaron el 53,9%.
Este año, la suma Randazzo con Victoria Tolosa Paz deja las ofertas peronistas en un 42,8%.