El martes 8 a las 19 arrancó en el área metropolitana a de la provincia del Chaco un nuevo episodio de la serie de inundaciones a causa de las lluvias que azota esta parte del país año a año. Salvo que esta vez hubo cuestiones que por cantidad, efectos y consecuencias, hizo que la de 2019 sea “histórica”.
Este último detalle no alcanzó para que el presidente Mauricio Macri interrumpiera sus vacaciones. Las inundaciones en el nordeste del país que afectaron severamente a las provincias de Chaco, Corrientes y gran parte de Santa Fe no movilizaron al gobierno nacional. En medio de esta crisis, los gobernadores debieron afrontar el impacto con sus propias herramientas y recursos y sólo después de casi una semana, apurar viajes a la ciudad de Buenos Aires para ser recibidos por funcionarios nacionales para destrabar recursos públicos para continuar con los paliativos.
Estrenando el gobierno en diciembre de 2015, Chaco ya había sufrido una situación similar, aunque no histórica. Esa vez, Marcos Peña, jefe de Gabinete vino a la provincia para sobrevolar con Peppo en helicóptero las zonas inundadas y sacarse una foto. “Por solicitud del Presidente estamos acá para acompañar y brindar nuestra solidaridad a los chaqueños, particularmente a los que están sufriendo por la inundación y la incertidumbre del clima”, remarcó el Jefe de Gabinete en una conferencia de prensa. “Queremos trabajar en el largo plazo, en la infraestructura para mitigar el impacto de estos fenómenos, con el desafío del cambio climático”, añadió.
En abril de 2016, el presidente Mauricio Macri subido a otro helicóptero recorría zonas inundadas en el nordeste argentino después de reunirse en Olivos con los gobernadores Domingo Peppo, Miguel Lifschitz (Santa Fe), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Ricardo Colombi (Corrientes).
Así aparecía una foto icónica del presidente apuntando al horizonte mientras que se apreciaba debajo la gran cantidad que agua que cubrían los campos santafesinos. En medio de ese desastre el presidente anunció que pondría en marcha la creación de un Fondo de Emergencia para obras postergadas de infraestructura y un plan de viviendas, además de beneficios impositivos y financieros para los productores agropecuarios.
“Entendemos lo que están pasando, su dolor es mi dolor", fue el mensaje de Macri a las cientos de familias afectadas por las lluvias.
Esta vez, “inundaciones históricas” después de la “tormenta perfecta” no fueron suficientes para que el jefe de Estado abandone sus vacaciones en Cumelén que arrancaron desde el día de Navidad del año pasado.
En enero del año pasado, las inclemencias climáticas volvieron a impactar. Tampoco fueron históricas como las de este año, claro. Quizás por eso ya no aparecieron por las zonas inundadas, ni el presidente, ni el jefe de Gabinete, ni el ministro del Interior Rogelio Frigerio, y tanto en 2018 como ahora, la máxima autoridad en terreno sea el subsecretario de Operaciones de Protección Civil del Ministerio de Seguridad de Nación, Daniel Russo.
Esa es la jerarquía que en los últimos años la Nación le dispensa al Chaco frente a recurrentes situaciones. Es necesario “googlear” a Russo para poder saber quién es, y no hay que dejarse llevar por los primeros resultados.
Patear el tablero
Alicia Azula amenazó con abrir una brecha en las defensas debajo de la Avenida Gaboto para drenar agua en Barranqueras porque su ciudad no recibía respuestas varios días después del “supermartes”. Con casi la totalidad de sus vecinos bajo el agua las estaciones de bombeo de la APA directamente estaban fuera de servicio.
Recién allí, con el impacto que causaron esas declaraciones, aparecieron por Barranqueras el gobernador Peppo que interrumpió sus vacaciones y el presidente de esa administración, Francisco Sizuela. Las bombas no.
Sin embargo, Azula puso en foco el verdadero problema. Obras pendientes y la necesidad de un nuevo plan de infraestructura para enfrentar este tipo de situaciones, en las que aún si estuvieran en funciones las estaciones de bombeo de la APA que fallaron no hubieran evitado que en el área metropolitana hubiera gente bajo el agua por varios días.
Jorge Capitanich, le envió una carta al presidente Macri pidiéndole por dos obras: 1) la ejecución integral del canal 16 que actualmente presenta un 8% de avance, 2) la ejecución integral de la obra de la autovía de la ruta 11.
Domingo Peppo, que interrumpió sus vacaciones, además, aseguró que una solución estructural para el problema de miles de familias que viven en la zona sur de Resistencia es la conclusión de la obra de ampliación del Canal 16 que actualmente se encuentra avanzada en apenas un 10 por ciento. Por otro lado, mencionó que se necesitan los recursos para sustituir por completo el actual sistema de bombeo.
Azula lleva casi 12 años como intendente, Capitanich fue ocho años gobernador, y comienza su cuarto año como intendente, Peppo comienza su cuarto año como gobernador. Todos saben lo que hay que hacer. También el gobierno nacional que desde el 2015 por vía del presidente Macri, el jefe de Gabinete Peña, o el ministro Frigerio vienen anunciando que quieren trabajar en las obras de infraestructura necesarias.
Histórica, pero no tanto
El Canal 16 se licitó en octubre de 2017, se adjudicó en febrero de 2018 a las empresas Norgap y San Pedro Perforaciones, esta última de Buenos Aires, “justamente la que está haciendo el puerto de Las Palmas con mucha capacidad de trabajo”. El plazo de ejecución era de 18 meses con un presupuesto de 150 millones. Es apenas un poco más que lo que la Justicia provincial estimó que se perdió en la causa Lavado I.
De ese lapso de tiempo pasaron casi 12 meses. Pero la obra se realizó apenas en un 8 por ciento cuando ya debería estar a seis meses de terminarse. El Canal 16 iba a ser financiado por el desaparecido Plan Belgrano. Ni siquiera se respetó la máxima de Cambiemos “obra que se inicia, obra que se termina”.
Con la gente inundada, fue el gobernador Peppo el que “denunció” que la obra estaba paralizada por falta de financiamiento. Es el recorte que aplicó el gobierno nacional y que la provincia no pudo destrabar al momento de negociar su apoyo al presupuesto de ajuste de 2019.
El Canal 16 si se hubieran hecho los trabajos pasaría de tener 12 metros de ancho a 40 metros. Casi cuatro veces más de lo que hoy tiene. Es un dato. Para evitar que las lluvias castiguen a la zona metropolitana como lo hacen todos los últimos años, se necesita más que triplicar la infraestructura que hoy está instalada.
Más allá de los registros y sin batir records ni alcanzar la “tormenta perfecta” los problemas de enero se repitieron todos los enero desde 2015 y seguramente los años anteriores. Los efectos de las acciones del hombre que le dan vida al cambio climático están haciendo que esos registros sean más graves año a año.
Lo verdaderamente histórico es la falta de soluciones.
