Existe gente aún, a más de dos días de las campanadas y los bombazos recibiendo al año nuevo 2017, que sobreviven en extensos sectores de la ciudad y de la provincia que se quedaron en la oscuridad del año pasado, producto de los salvajes cortes de luz y para ellos no hubo vida nueva, sino viejos apagones. Cada vez más grandes en horarios, magnitud y zonas como el que sucedió a las 22,50 del sábado 31 de diciembre de 2016 y se extendió en algunos lugares hasta la tarde del domingo 1 de enero. En medio de un calor calcinante, dejando a más de media ciudad sin luz.
Como siempre se juega al gran bonete, cada cual atiende su juego y nadie tiene la respuesta a estos caóticos cortes de luz. Solo se reparten culpabilidades. A saber, es culpa de TRANSNEA, CAMMESA, Puerto Bastiani, etc. Lo mismo de siempre. Nunca la DPEC, la niña mimada, la cenicienta de todo este infierno. Como si a la gestión Colombi no le hubieran pasado 15 años en el poder. Para poder hacer algo con la gente que sufre y recontra sufre gigantescos apagones, soportando estoicamente 45° de sensación térmica en medio de la tercera ciudad más calurosa de la Argentina. Corrientes. Por si no lo sabían.
En esta década y media, los radicales que condujeron con éxito a la provincia hacia el caos energético, solamente se han dedicado a excusarse y jamás presentar un plan, programa, política o lo que diablo fuere, en materia energética. Es más fácil echarle la culpa al kirchnerismo de todo esto. Porque en Corrientes de la intervención federal nadie se acuerda y los males energéticos, junto con otros males, ya venían desde entonces.
Ahora resulta que se suman la baja de tensión, los cortes totales y los fuera de servicio. En una ciudad y una provincia de Corrientes que ya no está en emergencia energética, sino en una situación catastrófica del servicio.
Nunca lo asumieron.
Nunca le dieron importancia a este tema.
Por fortuna, por ahora no se murió nadie con estos lacerantes apagones y sofocantes calores.
Encima los correntinos deben aguantarse a la “naranja” más famosa veraneando en sus lujosos lugares en Punta del Este (Uruguay) y todos sus adláteres mojándose los pies en sus mansiones de Santa Ana, en el Kilómetro 20 de Paso de la Patria y en otros tantos espacios reservados que son verdaderos lugares de solaz esparcimiento de la primera línea de gobierno.
A todo esto, se suman los atropellos de un ministro de Hacienda, interventor de la DPEC quien no brindó las explicaciones del caso y seguramente se limitará a hablar de sabotaje y de las fallas de hoy que son producto de la “herencia” de ayer; en su más fiel expresión intentando justificar tamaña incapacidad.
Solo para justificar el título. Infierno Vaz Torres. Porque Corrientes está en llamas. Obedece a una gran película de 1974, premiada con todos los Óscares y las estatuillas de aquel momento. Pasaron 42 años de Infierno en las Torres, y en Corrientes Vaz Torres podría ser director ideal para filmar “Infierno II”. Quizás en esta nueva película, no se le quemen tanto las ideas.
INFIERNO EN LAS TORRES
Una película de 1974 del género catástrofe que más de uno de nuestros lectores recordará como aquel gran filme galardonado, con muchos Óscares a la súper producción de una película conjunta entre 20th Fox y Warner Bros, que ganó varios Oscar y otros grandes premios de aquel entonces. Protagonizada por Steve McQueen, Paul Newman, Doug Roberts, Faye Dunaway, William Holden, Jim Duncan, Richard Chamberlain, entre otros.
INFIERNO VAZ TORRES
Un reality correntino con prolongados cortes de luz, que promedian entre 5, 10 o 12 horas, en la Capital o en todo el interior, donde hay que aguantar vivir sin energía de noche o de día, sin pronunciar ningún insulto cuando se escucha que la DPEC no es deficitaria. Seguramente no es más deficitaria, porque no tiene más nada que perder. Está vacía de respuestas. De cara al Verano Correntino 2017. El peor verano de todos los tiempos. Vamos juntos. Vamos bien. Lo protagonizan, en realidad lo agonizan, alrededor de un millón de correntinos. Peliculón. Condicionada. Tiene muchos exabruptos.
