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PESCA ASEGURADA! Abundancia de dorados a la altura de Esquina

Esquina: pesca en la casita del dorado

Dos días de intensa pesca en el Paraná Medio a la altura de Esquina. Abundancia de tigres de los ríos en diversos portes. Engaños recomendados.

Por Julio Pollero

Cuando se habla de pescar dorados, la ciudad correntina de Esquina se transforma en uno de los pesqueros icónicos del Paraná Medio. Una localidad que posee un gran parque náutico, cantidad indefinida de guías, cabañas y un aporte turístico realmente ejemplar con restaurantes de comidas típicas, centros nocturnos, casino y que en épocas de carnavales muestra un dignísimo esplendor de esta fecha tan representativa. También cuenta con fiestas nacionales y provinciales, como la del dorado, surubí y la tradicional del pacú. Nunca dudamos en relevar nuevamente este pesquero y para ello nos comunicamos con Matías Pavoni, propietario de Río Lodge, quien solo nos dijo: “Vengan cuando ustedes quieran, la pesca está asegurada”.

Tras la contundencia del mensaje de nuestro amigo más las ganas de disfrutar de este paraíso me comunique rápidamente con Pablo Lescano y Fernando Chami Quevedo para organizar nuestro viaje. Acomodamos un poquito los compromisos laborales y planeamos una doble jornada en la “casita del dorado”. La idea era pescarlos sólo con artificiales, y para ello preparamos cañas de spinning y baitcasting de entre 1,80 y 2,10 m de largo con potencias entre 14 y 20 lb (1 lb = 0,453 kg). También, reeles frontales y rotativos de bajo perfil (llamados huevitos) cargados con hilo multifilamento de 40 y 50 lb. En cuanto a señuelos, desde esta redacción te diríamos que lleves todos los que tengas, pero podemos ayudarte con algunas divisiones según las profundidades donde debamos pescar.

Para la pesca de superficie son idealos los poppers Cano, Zagaia Minotauro, Rapala Skitter Pop. Para trabajar hasta un metro y medio de profundidad aproximadamente, mojarras NG 90, Gozio Bendy 1, Rapala X Rap 12, Alfers banana paleta 1, Rubí Saar 9, Raptor Rex. Y, si pescamos sobre los bancos de arena, podemos usar sliders Rubi Jerk, Rapala Glidding, Gozio Valkiria y Arrow. Obviamente, nombramos algunos de los existentes y a los que mayor utilidad les dimos en este viaje. Para completar el equipo necesitamos cable de acero para confeccionar los leaderes, snaps, anillas, pinza, bogagrip, anteojos y visera.

En marcha hacia Esquina

Las cosas estaban listas y las ganas de viajar sobraban, sólo restaba poner fecha y comenzar a desandar esos 600 km que nos separan de Esquina. Convengamos en que del dicho al hecho pasaron sólo un par de jornadas. Y un mediodía a mitad de semana ya estábamos camino a nuestro destino correntino. Con una matera a bordo, un par de latas de gaseosas y mucha música, los kilómetros fueron disminuyendo, y antes de que oscureciera ya estábamos en Río Lodge, Km 677 de la Ruta 12. Allí nos esperaban no sólo los propietarios del lugar, sino también Juan Pablo Gozio y Fernando Gazzoti, quienes recién desembarcaban de su pesca. Saludos de rigor y enseguida a prender el fuego para compartir un rico asado y contarnos todo lo sucedido en su jornada. La charla transcurrió durante un par de horas largas muy divertidas y todos a dormir para estar bien descansados al otro día.

Sonó el despertador bien tempranito, tipo 6 AM, y algo no estaba bien: tronaba, llovía, relampagueaba. Nada de eso estaba pronosticado. Sorprendidos por la situación nos fuimos a desayunar, separamos alguna ropa abrigada, campera de lluvia y embarcamos con el firme propósito de pasarla bien y pescar de la mejor manera. ¡Ah! También había un viento sur bastante molesto, por lo que el guía decidió pescar en el interior del delta. Las primeras horitas fueron con una tenue garúa, pero el resto del día se comportó.

Primeros lances

Comenzamos pescando en zona de barrancas y algunos palos hundidos con respuestas esporádicas, pero bien, nada que no sucediera en un día de pesca. Los portes de los dorados eran variados, con algunos chicos y otros que se destacaban. Mientras tanto, Matías, nuestro guía, nos hacía competir en cantidad de capturas. Chami tiraba y sacaba. Pablo –que no sólo canta y toca muy bien el teclado en su prestigioso grupo de cumbia Damas Gratis– lanzaba con mucha precisión sus señuelos para lograr capturas significativas. Y yo... acompañaba y sacaba fotos. Volvimos de esta primera jornada con unos 30 dorados fotografiados o quizás alguno más. Pescón, sin duda. Llegamos al lodge con las últimas luces, preparamos la cena y nuevamente a descansar para afrontar el segundo día de pesca con el mejor de los ánimos. Como anécdota, mis compañeros de habitación me recriminaron ambas noches que no pudieron dormir debido a algunos ruidos molestos propinados por mi persona. Hay foto, hay video, así son...

Nos despertamos bien temprano y el día había cambiado notoriamente: sol, sin viento, aumento de la temperatura... Todo indicaba la jornada perfecta, y así lo fue. Rápidamente nos pusimos en marcha hacia el embarcadero y emprendimos la marcha en una navegación corta pero indecisa, porque Matías dudaba acerca de pescar sobre el río Paraná o hacerlo nuevamente en la zona interna del delta. Pero apuntamos hacia el río madre y... las cosas no fueron como esperábamos: pocos piques muy pero muy espaciados y automáticamente el guía aplicó el plan B: “Pongan sliders que vamos a los bancos de arena”.

Seguro que sin decirnos, él ya había visto algunos movimientos, por lo cual paró unos 1.000 m antes de ese avistaje y, mediante el motor eléctrico (elemento fundamental para esta pesca), fuimos desplazándonos muy despacito haciendo lances en diferentes direcciones. El pique con sliders o gliddins es realmente espectacular, el pescador debe recoger a toda velocidad y la frenada a pleno que produce el pique es muy característica. También puede seguir el señuelo y picar a mitad de camino o cerca de la embarcación. Hubo muchos simultáneos, tripletes de dorados clavados al mismo tiempo, una pesca realmente muy divertida y con portes más que interesantes, todos dorados medianos. Así fuimos recorriendo varios bancos de arena y en todos obtuvimos infinidad de piques, incontables.

Promediando el día salimos de la zona de bancos y nos dirigimos a un sector con profundidades aproximadas a los 2 m. Aquí ya cambiamos los sliders por señuelos del tipo banana con paleta Nº 1 o 2, según marca y modelo. Comenzamos los lances hacia las barrancas, sin obtener pique alguno hasta que probamos hacia el centro, y ahí sí, nuevamente la fiesta de piques se hizo presente. Tal es así que sabíamos que una vez que el señuelo traccionara en el agua, teníamos pique.

Una locura, todos los dorados superaban los 2,500 kg, llegando en ocasiones a los 4 y quizás más. Lo único que se escuchaba sobre la embarcación era a Pablo que desde la popa decía: “Ahí me picó”. Por su parte, Chami en la proa afirmaba: “Acá tengo otro”. Y el guía que me retaba: “¿Vos no vas a sacar fotos?”. Y me dejaba fuera de concurso. Así terminaba otra jornada memorable, para recordar y para decirle a todos los pescadores que pongan en su agenda de pesca la ciudad correntina de Esquina, que no se van a arrepentir.

Con información de Weekend

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CORRIENTES DORADOS PESCA ESQUINA

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