El alivio que el clima parece querer darle al Chaco pondría las cosas en su lugar. Al menos en el que estaban antes de que varios, pero no todos, tuvieran que interrumpir sus vacaciones. Sería la vuelta a un punto de partida en el que por indiferencia, desinterés o desidia, miles de personas perdieron casi todo bajo las aguas, tanto en los centros urbanos como en las zonas rurales, con un impacto millonario.
La experiencia indica que habrá escasez de respuestas y esta vez el Estado Nacional prácticamente no hará aportes para la reconstrucción. ¿Acaso no le interesan nuestros votos? El desastroso resultado de los tres años de la gestión de Mauricio Macri en términos económicos terminará pulseando en las elecciones de 2019 pero los estragos políticos que dejaron los años del kirchnerismo son la garantía que mantiene con posibilidades de reelección al actual presidente de la Nación.
El impacto en la realidad provincial es alto. Las aspiraciones de reelección del gobernador de la provincia Domingo Peppo están atadas al mismo barco. Paradojas de este nuevo escenario. En lo primero terminaría consagrando al candidato de Cambiemos. En lo segundo, perjudicando a los candidatos de Cambiemos en la provincia.
Quizás por eso no haya motivación para que el gobierno nacional venga decididamente a acompañar el proceso de reconstrucción necesario luego de la nueva inundación. “Habrá que acostumbrarse” dijo el presidente luego de visitar el Chaco tras sus largas vacaciones y dijo que “estamos revisando las cosas que se han confiscado en distintos momentos en la Aduana, porque hay muchas cosas ahí que pueden usarse para ayudar a la gente". La política de ajuste no permite nada más.
Al igual que Macri, luego de tres años de gobierno, el intendente de Resistencia, Jorge Capitanich sigue haciendo referencia a “la herencia”. ¿Habrá querido justificar sin decirlo que a pedido de la gestión nacional “habrá que acostumbrarse” a las inundaciones?
En una atmósfera de inundación y emergencia climática el eje de la discusión obviamente no pueden ser las elecciones. En ese contexto quedaron en evidencia la ausencia total de previsiones y el agua no tapó con una bofetada de realidad.
Un ejemplo. La Administración Provincial del Agua (APA) dijo que los defectos en las obras del Belgrano Cargas constituyeron un escollo para el normal escurrimiento de las aguas. Francisco Zisuela, explicó al portal La Política On Line que las alcantarillas de las vías estaban bien planeadas originalmente pero que luego sus cotas fueron elevadas unos 60 centímetros, lo que impidió que el agua pase de un lado al otro. Algunos productores directamente abrieron los terraplenes de las vías para paliar la situación.
Sin embargo, hay que recordar que Peppo se subió al tren con Macri para inaugurar en Charata el tramo chaqueño de la renovación de 500 kilómetros de vías del ferrocarril. De los perjuicios potenciales en ese momento y hasta ahora nadie dijo nada.
En cierto modo la última emergencia hídrica aportó claridad en medio de lo que el pensador israelí Yuval Harari, en su libro 21 lecciones para el siglo XXI, definió como “mundo inundado de información irrelevante”.
El desmonte en El Impenetrable
Como nunca antes el ciudadano medio discutió en las redes sociales el impacto de la deforestación en la provincia del Chaco. Coincidente con una fortísima campaña iniciada por Greenpeace para denunciar el brutal desmonte que colocó a la provincia del Chaco en los últimos tres años (gobierno de Domingo Peppo) en el primer escalón de provincias que atentan, en un marco de presunta legalidad, contra el bosque nativo.
La campaña de Greenpeace sin embargo, no revela un hecho nuevo. Por el contrario, uno de los puntos centrales de la tarea del Centro Mandela en la provincia es desde hace años la denuncia de la explotación descontrolada del monte en El Impenetrable acompañado de una política oficial de entrega de la tierra fiscal a manos de grandes empresarios. El negocio de la madera es un medio, el fin es la soja transgénica.
Este es, de modo muy resumido, el debate que nunca se dio en la provincia. Las clases dirigentes prefirieron, incluso ahora con el agua por sobre las rodillas el chicaneo o las aparentes acciones para paliar la emergencia. Ahora, lo importante, está relegado por lo urgente.
De la cuestión de fondo no se habla entre oficialismo y oposición. Quizás porque el desmonte y el manejo de las tierras representen una de las pocas “políticas de estado” en donde no se sacan diferencias oficialismo y oposición, sin importar quién esté gobernando.
“Inversiones”
Fue insólita la pretensión de los principales medios de comunicación -que se reparten la pauta y halagos entre ellos- de conceder el carácter de inversiones a lo que en realidad son apenas proyectos surgidos de la emergencia que no tienen ninguna clase de financiamiento. Increíble colaboracionismo entre aquellos que generan “desinformación o acumulación de información irrelevante” y los que la propagan a la espera de que las aguas bajen.
Por ahora no hay obras para evitar que las inundaciones afecten a la provincia y a las de la región tampoco políticas para enfrentar el cambio climático empujado por las fuerzas del hombre que negocian bosque/tierras/soja. Pero hay que hacer que parezca que sí. En enero del año que viene ya habrán pasado las elecciones.
