El ataque a balazos contra el diputado Miguel Arias en Corrientes cumplió cinco meses y el legislador señaló que “el asesino está suelto” porque la Justicia de Corrientes no tiene ningún imputado en la causa, por lo que el hecho continúa impune, en lo que representa un atentado sin precedentes contra la democracia en la provincia.
El diputado Arias acusó al Gobierno provincial de no haberse ocupado del caso y pretender olvidarlo, teniendo en cuenta el rol que toda gestión gubernamental debe desempeñar cuando está en juego la democracia en su distrito.
“Se cumplen cinco meses del ataque que padecí en Tapebicuá, hecho que representó un atentado contra opositores políticos y la democracia. El Gobierno de Corrientes no se ocupó nunca de investigar el caso -dentro de sus facultades- para que la democracia correntina no vuelva a sufrir un hecho que le hizo mucho daño”, afirmó Arias. “La gestión del gobernador Gustavo Valdés no colaboró en nada y pretende olvidarse”, sostuvo.
El legislador del Frente de Todos también recordó el lamentable desempeño de la Justicia de Corrientes, que no avanzó en la investigación. La causa está en manos de la fiscal Noelia Lena y Facundo Sotelo, quienes tampoco dan a conocer los motivos de por qué no avanzan en el caso.
“Cinco meses después, los fiscales de la Justicia provincial no tienen ningún imputado. La persona que disparó el balazo, que sin dudas es un asesino, continúa suelto. Seguiremos dando batalla para esclarecer este atentado contra la democracia”, manifestó el diputado.
Los fiscales no hicieron caso a la principal hipótesis que se conoció desde las primeras horas del atentado: la Policía federal les entregó toda la información que vinculaba a un hombre de Tapebicuá como el que disparó el balazo, presumiblemente con un rifle 22, y aportó los nombres de testigos que observaron a esa persona con el arma en las manos frente al lugar donde Arias recibió el disparo. Nada de ello fue tomado en serio por Lena y Sotelo y el hecho sigue impune sin siquiera tener imputados.
El atentado fue cometido el 26 de agosto de 2021 a las 21, dos días antes de las elecciones a Gobernador, cuando Miguel Arias participaba de un acto de cierre de campaña electoral en la localidad de Tapebicuá.