Tristemente, el ministro de Salud, Ricardo Cardozo, se mostró ofuscado por la difusión de estadísticas contundentes brindadas por el Ministerio de Salud Pública de la Nación, que lamentablemente posicionan a la Provincia de Corrientes como la peor de todas las administraciones sanitarias en la evolución de la Tasa de Mortalidad Infantil.
“Son estadísticas viejas”, disparó el doctor, como si eso invalidará la incontable cantidad de niños menores de un año fallecidos sobre 1.000 nacimientos vivos. Para decir, contrariamente, que se luce con las estadísticas de este año que para él “son otras”. Como que esos pobres angelitos que partieron hacia la luz divina fueran solo eso, unos pocos números de una estadística que se mejora de un día para otro, como por arte de magia. Sobre todo en Corrientes, donde el sistema de salud pública está colapsado por donde se lo mire.
A no ser que la información oficial brindada por la Dirección de Estadística e Información de Salud del Ministerio Nacional, no esté en lo cierto, ya que ubica en sus cuadros de evolución, tanto las gestiones del polémico y resistido Julián Dindart, el ex ministro devenido en diputado nacional, marginado de la Comisión de Salud, por sus dichos contras las jóvenes embarazadas; como a la gestión de Ricardo Cardozo, jaqueado por los constantes discursos agraviantes del gobernador hacia los médicos y profesionales del sistema, echándolos a sus casas, cuando sólo se reclama por dignidad laboral, falta de insumos y mejores salarios.
Salud Pública de la Nación grafica desde el año 2009, cómo en la Argentina ha involucionado o sea descendido la Tasa de Mortalidad Infantil en niños menores de un año que fallecieron sobre mil nacimientos vivos, de acuerdo a estas progresiones:
Año 2009
Argentina 12,9 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Corrientes más de 15 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Año 2010
Argentina 11,9 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Corrientes 16 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Año 2011
Argentina 11,7 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Corrientes casi 16 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Año 2012
Argentina 11,1 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Corrientes más de 14 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Año 2013
Argentina 10,8 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Corrientes casi 15 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Año 2014
Argentina 10,6 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Corrientes 16 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Año 2015
Argentina 9,7 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Corrientes 14,5 niños fallecidos por 1.000 nacimientos vivos.
Como se puede observar en el gráfico del Ministerio de Salud Pública de la Nación, durante los últimos siete años de agenda sanitaria el país, por ende en otras provincias, ha ido disminuyendo la tasa de mortalidad infantil de un significativo 12,9 en 2009 a un 9,7 por mil en 2015. Lo que es importante a nivel país.
Por el contrario, la Provincia de Corrientes, su gobierno, el ministerio del área y sus distintos organismos competentes, jamás pudieron bajarla de un elevado promedio por encima de los dos dígitos, oscilando entre los 14, 15 y 16 por mil en la tasa durante siete años. Como si se tratara de simples golosinas y no de pequeños seres humanos que, por distintas razones, no alcanzaron a superar una expectativa de vida mayor al año.
Sin embargo, casi como por arte de magia, el ministro Ricardo Cardozo asegura que las estadísticas provinciales de este 2016, señalan otra cosa.
Sería bueno que el máximo responsable de la Salud de Corrientes, en lugar de ocuparse de milaneseros, prófugos, persecuciones y denostaciones a la prensa; brindará una buena información pública sobre este tema. Los niños se lo merecen.
