El Instituto de Vivienda de Corrientes (INVICO), como el IOSCor, la policía, los docentes, Dirección de Catastro, entre otros; se debate entre los sueldos miserables de sus empleados y los beneficiados por el sultanato radical de la intervención, donde aseguran que el dueño del INVICO, Bernardo Rodríguez, les aumenta constantemente los sueldos solo a sus “amigos”, para que su poder adquisitivo no se pierda. Por eso les otorgó un plus de $3.500 solo a la plana mayor del instituto.
Esto surge de la denuncia de los delegados gremiales en este instituto correntino, quienes reclaman mejoras salariales para todos, pero los aumentos de sueldos se dan “solo para algunos”.
Bernardo Rodríguez se burla de sus trabajadores, entre quienes hace casi 30 años que los empleados del INVICO, no tienen una carrera administrativa que premie el trabajo, la aplicación, la constancia y los méritos. Algo que “se viene reclamando a Rodríguez constantemente, junto con una recategorización como la gente, desde hace varios años”, dijeron en la última protesta.
En cualquier de las oficinas céntricas, por caso la casa central de Avenida Italia y en la sede de calle La Rioja y San Martín; se comprueba gran cantidad de personas que cumplen funciones de “conducción”, cobrando en negro, muy por debajo de lo realmente les corresponde cobrar en blanco.
Así, profesionales, escribanos, asistentes sociales, arquitectos, administrativos y chóferes, aparecen con clase 11, 15, 17, congeladas hace más de 30 años.
Como si fuera poco, el interventor Bernardo Rodríguez tramitó la redacción de un decreto para ubicar a su personal de confianza en la clase 19, una de las más altas del escalafón del Instituto de Vivienda; lo que marca la continuidad de la discriminación salarial y laboral, en beneficio de unos pocos, “mientras la mayoría de los trabajadores siguen esperando para que conteste a sus reclamos”, expusieron.
