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Política Humberto Schiavoni

Si hay voluntad política, haremos una inversión de US$ 750 millones

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Crédito: 35607

El director de Yacyretá, que también es presidente de Pro, dice que se le está pagando una deuda a Paraguay y que, si ese país acepta, se ampliará la represa.

 

Humberto Schiavoni tiene la dificultosa tarea de sentarse al mismo tiempo en dos sillas que implican grandes responsabilidades. Una de ellas es la de la presidencia de Pro, el partido que fundó Mauricio Macri y la nave principal que lo condujo a manejar los destinos del país. La otra es la dirección de Yacyretá, la mayor compañía de generación eléctrica del país. En las oficinas que la compañía estatal tiene frente a la Avenida Madero, el político misionero dice que hacer las cosas no le representa grandes problemas porque en ambos casos lo acompaña "un gran equipo", y también por la administración que hace del tiempo. "Le dedico gran parte de la semana a la gestión de la empresa, y los fines de semana tenemos habitualmente alguna gira partidaria", sostiene.


En el convulsionado epílogo de 2001, Schiavoni fue jefe de Gabinete por dos días durante la brevísima presidencia de Ramón Puerta, a través de quien conoció a Macri. El Presidente lo llamó a fines del año pasado para ofrecerle la conducción de Yacyretá, donde ya había estado.

 

-¿Le gusta más la empresa o el partido?


-Las dos cosas. Me gusta mucho la construcción partidaria, sobre todo en la situación que está el Pro hoy, y también los desafíos de la gestión en la empresa, porque se pueden ver plasmadas en la práctica tus ideas, algo que en la política ocurre de manera más abstracta.

 

-¿Qué idea pudo concretar en Yacyretá?

 


-Estamos encarando lo prioritario, que es la rehabilitación del parque generador. Todas las turbinas de Yacyretá tienen un desgaste más acelerado, algo que acortó su vida útil porque durante 15 años en promedio se trabajó a un salto de agua inferior al salto para el que estaban diseñadas las máquinas. Estamos haciendo un programa integral que mejorará la producción por las tecnologías que se están introduciendo.

 

-¿Cuánto crecerá la producción de la central?

 

-Por los próximos cinco años van a estar paradas siempre dos turbinas de las 20 para cambiar los componentes fijos. Ahora estamos licitando la reparación de sus componentes móviles. Todo eso debería mejorar entre un 5% y un 7% la producción.

 

-¿Cómo está hoy la empresa?

 

-Quedó obsoleta en cuanto a su sistema de gestión. Estamos encarando un plan de reformas y modernización. Hoy no existe una valoración de los puestos de trabajo. Siempre se utilizaron criterios políticos, no por el perfil y la remuneración del cargo. También es urgente informatizar los procedimientos teniendo en cuenta que Yacyretá tiene sedes en varias ciudades. Son siete lugares que se manejan con expedientes físicos mediante el envío de correo. Estamos yendo a un esquema de despapelización.

 

-¿Van a pedirle plata al Estado para hacer esto?

 

-Todos los programas están pensados según los ingresos de Yacyretá. La plata nos alcanzará si priorizamos las obras antes que otras tareas. No recibimos subsidios del Estado y no sería sano que los recibiéramos.

 

-¿Harán el emprendimiento en Aña Cuá [un proyecto de instalación de más turbinas en el brazo del río Paraná que lleva ese nombre, para ampliar la capacidad de generación?

 

-Encontramos un proyecto que era la construcción de una subcentral, pero fue desaconsejado por el panel de expertos de Yacyretá, por lo que estamos preparando y tenemos lista la documentación técnica para licitar este año la construcción de una central aguas debajo de Yacyretá con turbinas Kaplan, como las que tiene la central. En noviembre vamos a tener la documentación. Si hay decisión política de ambos países vamos a avanzar con eso. La obra costará entre US$ 700 millones y US$ 750 millones y va a generar un 9% más de energía en comparación con la oferta actual del complejo.

 

-¿Existe esa decisión política?

 

-De la Argentina, sí. Con Paraguay estamos hablando.

 

-¿Tampoco habrá un aporte del Estado en ese caso?

 

-Parte de la inversión se va a financiar con ingresos corrientes. Y si hace falta más, podemos tomar crédito. Pero está prevista una construcción que se puede demorar entre cuatro y cinco años.

 

-¿Cuánta gente trabaja en la empresa?

 

-En el lado argentino, unas 650 personas. Lo que hicimos fue eliminar todos los contratos vigentes al 31 de diciembre, que eran unas 150 personas (unas 50 fueron recontratadas porque se trataba de cargos técnicos). Lo que hacemos es que quien esté en edad jubilatoria, se jubile. Y promovemos la relocalización de personal de sedes en las que sobran, a otras en las que faltan personas. Para no tomamos más gente.

 

-Se comentó que el lecho de la represa estaba en mal estado.

 

-El panel de seguridad hace una revisión anual de la presa sobre la base de revisiones que se hacen en distintos lugares, y emite un dictamen. Ese dictamen fue absolutamente satisfactorio. Es uno de los mitos urbanos de Yacyretá.

 

-¿Qué hizo bien y qué hizo mal su antecesor (Oscar Thomas)?

 

-Creo que un gran logro fue haber terminado las obras complementarias para llevar el nivel del embalse a su cota de diseño. Eso es importante porque casi se duplicó la producción de energía. También porque permite trabajar mejor a las máquinas. Pero creo que hubo sobredimensionamiento de algunas obras y acciones. Ahora estamos volviendo a las prioridades de una empresa de generación eléctrica.

 

-¿Cómo está la relación con Paraguay?

 

-Si usamos más del 50% de la energía que produce la central, hay que pagarle un plus, que se llama precio por sesión. Cuando asumió Macri se debía 80% de 2014 y 100% de 2015. En total, cerca de US$ 110 millones. El Gobierno se puso al día con lo de 2014 y avanzó con lo de 2015. Además, creemos que tenemos que trabajar en equipo para lograr una real cogestión de la entidad.

 

-¿Cómo ve al Gobierno?

 

-Creo que estamos haciendo una transformación ciclópea, porque muchas veces nos olvidamos donde estábamos hace ocho meses. Este país estaba devastado. Hoy el Gobierno trata a todos los gobernadores e intendentes por igual. No usa las políticas públicas para extorsionar y ganarse adeptos, sino todo lo contrario. La Nación 

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