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Política Corrientes

Un aumento salarial que podría disparar el malhumor general en los trabajadores correntinos

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Crédito: 34741

Mientras los beneficiados por la readecuación salarial en la Obra Social IOSCor aseguran que los incrementos de bolsillo llegan a un promedio apreciable de $2.300 a $2.500. Desde la Intervención del Instituto sostienen que esas mejoras no superan el 10% y en los sueldos de las autoridades superiores siquiera supera un 3%. Alguien no se ajusta a la verdad.

 

La victoria es de los empleados de las oficinas públicas de San Juan y San Martín, quienes les mojaron la oreja a sus autoridades y le torcieron el brazo al gobernador, luego de casi tres meses de paros irrenunciables. Lo hicieron para alcanzar cifras que no están del todo claras, porque algunos hablan de $1.900 más la “mejora” de los $400 en el plus de novecientos; en promedios que se acercan a los $2.500 de aumento.

 

El traspié es del gobernador que constantemente repite que no negocia bajo presión, tal vez si lo haga bajo supresión. Como lo fue la suspensión de un servicio tan elemental como acompañar el proceso de recuperación de la salud de casi doscientos mil afiliados al IOSCor.

 

Ni hablar de los responsables de la derrota Raúl Esquercia (interventor) y Gustavo Vega (gerente), a quienes directamente no se les dio participación desde ninguno de los dos bandos en una protesta que dejó sin elemental servicio de salud a numerosos correntinos.

 

Alguien no se ajusta a la verdad. Porque mientras los primeros festejan una victoria que tiene los símbolos del dinero, hablando de los $2.500; los segundos se atajan debido a que el efecto dominó podría movilizar al resto de la administración pública, ante un tema tan sensible como los salarios.

Es contar dinero ante los pobres y comer pan delante de quienes están famélicos. Así nomás es la cuestión.

 

¿Y EL RESTO?

 

El resto de la administración pública, que vio desairada sus pretensiones de mejoras y solo debió conformarse con magros $400 más del plus; no oculta su enojo. Se saben los salames del sándwich del IOSCor, ya que sus compañeros de la obra social obtuvieron merecidamente algunos adelantos; pero el resto de la plantilla estatal continúa en franca espera.

 

Está claro que es más fácil negociar con un par de delegados y no más de doscientos o trescientos empleados de un instituto; que enfrentarse a una catarata de reclamos de los pobres asalariados de la administración pública.

 

Esta semana promete ser volcánica porque en otros sectores se esperan decisiones soberanas desde las mini asambleas para iniciar más luchas laborales. Para ello hacen fila en Catastro y Cartografía, donde está visto que trabajan en un sitio “bombardeado”. Los policías están que vuelan. En el INVICO continúan los privilegios con los sueldos de los amigos y explotan en cada cajón los negociados con alambrados, pastos, muros, limpiezas, por cifras millonarias en contrataciones fantasmas. Así sucesivamente, en casi todos los edificios públicos. Está visto que ya no alcanza con solo pagar los sueldos en término.

 

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