El radicalismo correntino, apurado por la falta de candidatos convocantes y la desesperación de Ricardo Colombi por abrocharse alguna continuidad y, por ende, un sucesor seguro y leal; se debate entre lo que debería ser una decisión importante y alejada de los caprichos del gobernador.
En la balanza tendrán que ponerse muchas cosas para darle el gusto a todos y eso precisamente choca contra los caprichos de Ricardo Colombi. El candidato tendrá que estar nutrido con alimento balanceado que salga de los laboratorios nacionales del propio Cambiemos, que conforme a los radicales correntinos y que no dispare los votos de sus aliados, siempre convidados de piedra en un gobierno que se dice “Encuentro” por Corrientes. Donde más de uno gruñe abrazado a su platillo, en clara señal que no quiere perder lo poco o mucho que le toque de la torta distribuida en una concejalía, intendencia, parlamento o cargo ejecutivo.
El ministro político Carlos Vignolo, en sus declaraciones siempre camina con la barra del equilibrista a varios metros del piso y por ello sobre el candidato de ECO, solo atina a señalar que “la decisión que tome Ricardo Colombi será importante, pero no caprichosa”.
Toda una señal. Otra vez será la dedocracia, funcionando bajo el sello del consenso.
Nombres hay algunos. Pedro Braillard, Gustavo Valdés, Peteco Vischi, una mujer, ¿alguna sorpresa? La decisión es una sola. Después quedará el complemento de encontrar un vicegobernador que aglutine o conforme a todo el arco de la alianza gobernante. Ese será otro problema porque convocante no es igual a conformidad.
Cuando muchos apuntan que el gobernador con mandato de vencimiento para el 10 de diciembre de 2017, será candidato legislativo (senador o diputado), con algo de convencimiento Carlos Vignolo, sostiene que Ricardo Colombi se irá a competir por la intendencia en Mercedes. “Tiene fuerza de trabajo y si hay algo que ama es su tierra natal”, argumentó el ministro. La misma fuerza que tendrá seguramente para recuperar con sus reclamos la olvidada ruta 40 hacia el Iberá. Tantas veces olvidada que el rally Dakar correntino se corre ahí cada vez que llueve.
