Mons. Ricardo Faifer, obispo emérito de Goya, envió una carta desde la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, donde reside actualmente, a su antigua feligresía de Goya, con motivo de las próximas celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Al iniciar el Año de la Misericordia el prelado desea ¨que el Señor nos dé la capacidad de contemplar y gozar su misericordia y asumirla también como nuestro propio estilo de vida¨.
Monseñor Ricardo Oscar Faifer, obispo emérito de Goya, envió un mensaje desde la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, lugar donde reside actualmente, a su antigua feligresía de la diócesis de Goya, con motivo de las próximas celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Al iniciar el Año de la Misericordia el prelado desea "que el Señor nos dé la capacidad de contemplar y gozar su misericordia y asumirla también como nuestro propio estilo de vida".
La carta, fechada el 3 de diciembre de 2015 en la ciudad de San José de Gualeguaychú, comienza diciendo: “Queridos hermanos, cercano a ustedes por el recuerdo, el afecto y la oración, me hago presente para saludarlos con motivo de Navidad y Año Nuevo”, y añade: “Al hacerme cargo del servicio pastoral de la diócesis de Goya, tenía un gran deseo de conocerlos… entonces ‘Goya’ era para mí un horizonte desconocido geográfica y humanamente. Ahora la palabra ‘Goya’ está cargada para mí de tantísimos rostros, nombres, familias, paisajes… ¡Cuántos chamigos queridos!
“Por todo eso agradezco al Señor que en su providencia dispuso este encuentro. Agradezco a cada uno de ustedes por la comprensión, el cariño y la colaboración que me brindaron durante mi servicio episcopal. Les agradezco, sobre todo, porque supieron considerar mi persona y mi ministerio con los ojos de la fe. ¡Gracias!
Tras citar un pasaje del libro de Isaías en el que Dios le dice al Profeta “Yo te amo. No temas, porque yo estoy contigo”, monseñor Faifer expresa: “¡Qué bueno es caer en la cuenta de cuánto nos ama Dios y de cuán valiosos somos a sus ojos!¡Qué bueno caer en la cuenta de la ternura y la misericordia infinitas del Padre!¡Cuánta serenidad, confianza y alegría despiertan estas palabras tan llenas de consuelo!”
“Que este año del Jubileo de la Misericordia -añade el obispo emérito de Goya- abra nuestro corazón a la esperanza de ser amados no obstante nuestro pecado. Que el Señor nos dé la capacidad de contemplar y gozar su misericordia y asumirla también como nuestro propio estilo de vida. “Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. ¡Misericordiosos como el Padre!”
Monseñor Faifer concluye su carta deseando “a cada uno y a sus familias una Navidad y Año Nuevo verdaderamente felices en el renovado encuentro con Jesús que nos revela y comunica la misericordia del Padre. Y que nuestra tierna Madre de Itatí nos conceda un gran amor a su divino Hijo, Jesús”, y les envía “un abrazo y bendición”.