Clamor popular e indignación profesional tiene el impacto económico que deberá soportar de aquí en más, con un 5,8% menos de presupuesto asignado, el Instituto de Cardiología para el año que viene.
La Provincia elaboró un proyecto de presupuesto estimado en $38.000 millones de pesos, de los cuales el 60% será para el Ministerio de Hacienda, según dicen para erogaciones publicitarias de cara al año electoral que se avecina. La cartera económica de 25 de Mayo y Salta administrará más de $17 mil millones en el próximo ejercicio contable, sin demasiados controles. En tanto que el Ministerio de Salud Pública apenas podrá esperar que le lleguen unos $3 mil millones. Seis veces menos que el dinero que tendrá al alcance de su mano el ministro Enrique Vaz Torres.
Mucho menos será la capacidad operativa del instituto modelo “Juana Francisca Cabral”, a cuya caja se le restarán casi seis puntos porcentuales de lo que se dispone durante 2016.
Ante la carga inflacionaria, la dolarización de la maquinaria y aparatos de alta gama e incorporación de tecnología, la mantención del edificio de calle Córdoba y Bolívar, juntamente con personal e insumos, etc., el año que viene el Cardiológico será 6% más pobre.
Llamativamente el gobernador tomó esta medida, sin darse cuenta que el Instituto del Corazón es una “joya preciosa” que sobrevivió varias gestiones y en él, nada menos, se formó y surgió el Dr. Eduardo Tassano, el casi candidato preferido consagrado de Ricardo Colombi. “Hasta un corso barrial le organizaron, para presentarlo ante la capital correntina, como candidato a intendente”, recordaron algunos observadores.
La responsabilidad no es de Tassano, quien se formó profesionalmente ahí como especialista en la medicina cardíaca y aún no ha tenido un pronunciamiento sobre el recorte que le hicieron a su instituto.
Desde la Fundación Cardiológica Corrientes (Funcacor) se agarran la cabeza, no por el 6% menos de dinero que le darán al centro de alta complejidad, sino por la medida económica desacertada. Como que de nada valen los esfuerzos de Funcacor para organizar distintas campañas, eventos y exposiciones, intentando recaudar fondos que sostengan al cardiológico; cuando se recibe semejante tijeretazo desde la gobernación.
Aunque los directivos del I.C prefirieron guardar respetuoso silencio y no se manifestaron con respecto a la medida; mucha gente criticó el recorte a través de las redes sociales.
Otras tantas recordaron que hace varios meses esperan por una atención muy puntual del principal órgano del ser humano. La demanda es exorbitante e incluso hay personas anotadas con turno para dentro de cinco o seis meses, porque el Instituto no da abasto. Ahora esa misma gente se plantea la incertidumbre de saber si se la atenderá o no.