Barry Cox se demoró 4 años para diseñar y construir un "templo vegetal" en Horowhenua, Nueva Zelanda.
El resultado es un lugar que, además de orar, permite alejarse del movimiento urbano.
A veces es curioso ver adonde conducen los caminos de la pasión. No hablamos solo de la amorosa, sino de aquella pulsión que lleva a una persona a superar obstáculos supuestamente insalvables para concretar un objetivo, que muchas veces puede ser señalado como quijotesco e ilógico. Este estado de situación parece calzarle al emprendimiento que decidió encarar Barry Cox, un enamorado de los árboles y las plantas, quien decidió llevar su entusiasmo al extremo. Así fue que propuso diseñar y construir un "templo verde", llamado Tree Church (Iglesia del árbol), hecho completamente de especies vegetales, una labor que le llevó 4 años.
El conjunto proyectado por Cox cuenta con un espacio para el recogimiento y la contemplación, que está cerrado en todos sus lados por plantas y árboles. Caben 100 personas en el recinto, que cuenta con un altar hecho con mármol italiano, más precisamente de la zona del Lago Como, desde donde provienen los ancestros de Cox. El sitio cuenta también con jardines extensos para sesiones fotográficas, un paseo laberíntico y áreas de estar.
La concepción de la Iglesia del árbol se explica a partir de la pasión de Cox tanto por los árboles como por las catedrales. En cada viaje a Europa se detenía a admirar los ejemplares más salientes del Viejo Continente, desde Chartres hasta Norte Dame, pasando por Santa María Fiore y la Sagrada Familia. A su vez, es dueño de una empresa que se dedica a reponer y reubicar árboles.
En el caso del espacio de recogimiento principal, Cox construyó una estructura metálica, la cual se basó en sus años de experiencia observando los templos que visitaba. A partir de ahí, empezó a revestirla con diferentes plantas, de acuerdo a los atributos de cada especie. En el caso de los cierres laterales, usó plantas de crecimiento rápido y bajo mantenimiento, mientras que para los techos eligió plantas que brindaran color y textura. El resultado es un espacio de características únicas en el mundo, un lugar apto tanto para el que quiere orar como para que solamente busca disfrutar de la naturaleza en paz. (Clarín)